Por: Hernán Onofre
Ilustrado por: Luis Durán
Se remonta a la china más antigua, en donde las cosechas estaban ligadas directamente con la prosperidad de la nación, en donde las familias siempre se quedaban en un mismo lugar y en donde el emperador dictaba qué se celebraba y en qué orden. Este emperador tenía el derecho de celebrar los festivales, pero conforme fue pasando el tiempo se fue haciendo más popular hasta el día de hoy, donde es una celebración nacional. El festival de la luna representa una tradición y, a su vez, las creencias del pueblo chino (y muchos países asiáticos) puestas en una mesa, en las mesas de todos los ciudadanos asiáticos.
En china se celebra esta fiesta con gozo: las familias se reúnen tal como se hacía antaño, las calles se llenan de personas que quieren observar la luna llena en todo su esplendor, la luna más hermosa de todo el año. La gastronomía no se queda atrás, en este sentido las personas celebran y piden prosperidad con platos como los famosos pasteles de luna, la calabaza, el pato y el vino con flores. La gastronomía hace parte fundamental de lo que es la reunión de esta celebración, considerada por muchos como la segunda celebración más aclamada por el pueblo chino.
Este año se celebra el día 10 de septiembre, pero, a diferencia de muchas de las celebraciones de occidente, esta celebración toma a lugar en los días 15 del octavo mes del calendario lunar, lo que no siempre corresponde con la misma fecha; debido a que, al ser un calendario de cosecha y de agradecimiento por la prosperidad prestada, se da a lugar según sea cada año.
Recomendado seguir la idea de esta tradición, no tanto por lo que se hace, sino por el significado que se le puede dar en nuestras vidas: las vidas que, en vez de enojarse por todo, y en vez de comprender la vida desde la unicidad, se pueden ver como una vida por la que debemos agradecer cada nueva “cosecha”; a su vez se debe agradecer también el estar rodeados por quienes están a nuestro lado, esa idea de la cultura es bien potente y valerosa.