El camino de Vicky Neumann, entre la locura y la inquietud
Con mirada crítica, atención al detalle y con exquisitez, Vicky Neumann da los ajustes finales a su exposición “Ninis del XXI” la cual está abierta al público en el Museo de Artes Visuales (MAV) de Utadeo.
Mientras recorre el lugar se fija en los colores, las formas y en que las piezas estén en el lugar correcto. Pareciera que las conversaciones, mientras realiza el montaje, sobran. Está emocionada, dirige, se involucra, analiza, camina con afán, se detiene, hasta que, por fin, con desparpajo, señala en que todo tiene que estar perfecto y que está casi listo.
Es de pocas palabras, pero contundentes. Dice que “esta exposición es el resultado de años de trabajo. De una búsqueda y reflexiones constantes acerca de temas como la soledad, la angustia de la muerte, la dificultad que viven los jóvenes y el caos ambiental que vive el planeta”.
Montaje de la obra
Este último es el que más le inquieta, ya que el Reloj del Apocalipsis no se detiene y, por el contrario, como bien se ha dicho, este año avanza de una forma acelerada.
Por eso, y con al menos la intención de que la gente se tome enserio el tema del medio ambiente, plasma en sus collages las realidades de una forma llamativa y recursiva con elementos que algunos consideran basura y que, para la artista, son elementos útiles en sus creaciones.
De ahí que mientas se recorra la exposición “Ninis del XXI”, los espectadores se encontrarán con un arte figurativo, compuesto por óleos, acrílicos, telas, cartones y empaques de algunos productos de consumo masivo.
En su proceso de creación, Neumann reta al espectador a encontrarse con elementos de la recuperación del desecho de su pintura y con enormes collages en los cuales utiliza todas las técnicas a su alcance.
“En los desechos salen tesoros irremplazables. La mugre tiene su color, su aroma y en cada uno de ellos hay historias innumerables que merecen ser contadas y que además me permiten destruir y construir”, señala la artista. El proceso de construcción y deconstrucción es su constante, la cual le ha permitido interpretar las diferentes realidades, plasmarlas y presentarlas.
Realidades que a lo largo de los años ha guardado en su memoria y que hoy tiene la oportunidad de contar. Sin su experiencia sería imposible ser la artista en la que se ha convertido. Sabe perfectamente que nada es casualidad y que en el camino se van haciendo las cosas.
Recuerda con gratitud esos dibujos que realizaba en sus años de infancia que la acercaron a las ilustraciones y poco a poco al arte. El colegio no fue su lugar favorito, le iba fatal como rememora y 'lo odiaba'. Al culminar sus estudios de bachillerato emprendió un camino de búsqueda que la llevó a estudiar un año en un College en Arlington Virginia.
Luego fue a Roma y a París en donde sus visitas a los museos y las bibliotecas la impulsaron a iniciar esa aventura por la pintura. “En medio de la soledad, en Europa me identifiqué con el existencialismo de Camus y con la pintura del norteamericano Edward Hopper. Conocí el trabajo de Ralph Steadman y Saul Steinberg, cosa que sumada al hecho de que no me llamaba la atención ser pulida ni limpia, me abrió otros caminos”.
Caminos que se han trasformado con los años y que precisamente, con la instalación de esta obra, destaca lo maravilloso que es poder crear siempre, construir con nuevas perspectivas y poder plasmar sus inquietudes.
La obra
Como referentes en su carrera artística por mencionar algunos están: Manet, Monet, Vuillard, Bonnard, Mary Cassat y todos los impresionistas que pudo absorber. La obra primera de Cy Twomly fue importantísima. También los expresionistas americanos.
Cada uno con sus diferentes técnicas han aportado a la artista quien se deleita en cada pincelazo que da y con las intervenciones en las fotografías y diferentes escenarios. El color, el contraste entre lo delicado y lo áspero, la alegría y el sufrimiento, la vida y la muerte, en una sola pieza se encuentran.
Ahora, hace alusión al apocalipsis y no es para menos cuando en el mundo se habla de guerras, de pobreza, de muertes y cómo la esperanza y las oportunidades se van reduciendo por ejemplo para los jóvenes quienes presentan mayores dificultades.
Los “Ninis del XXI”, Ni pensión, ni herencia, ni tierra, ni cielo es el reflejo de la dificultad que viven los jóvenes. “Les toca muy difícil y más con un planeta que está sucumbiendo, en medio de una sociedad de consumo que nos encanta pero que nos está destruyendo. Seguramente esa preocupación por los jóvenes se da por mis hijas, porque siempre uno se inquieta por su futuro”, dice Vicky Neumann, quien en medio de acrílicos, cartones, pinturas y con su pincel en mano continúa en el montaje de la obra que estará abierta al público hasta el 12 de junio. Una oportunidad para involucrarse con el arte, uno disruptivo que pretende llevar al espectador a despejar sus propias dudas, reflexionar y descubrir esos caminos que permitan construir desde otras perspectivas.
Inauguración de la obra
Lo que opinan los asistentes sobre la obra “Ninis del XXI”
“Esta obra rompe con la pictografía tradicional y con las artes plásticas que normalmente se exhiben en los museos. Lo que nos propone la maestra es una obra de pintura expandida donde inunda las paredes, retoma el collage, trabaja con materiales diversos que muestran otra vida, vemos cartones, plásticos, fotografías y pedazos de cosas que hacen una denuncia de situaciones sociales diversas como el acoso, el bullying y el cambio climático, es una expresión que nos amplia el universo de lo gráfico. Nos da una gran lección de cómo apropiarse de los espacios y las realidades”: Felipe César Londoño, decano de la Facultad de Artes y Diseño de Utadeo.
“Me llama la atención esta exposición porque muestra de alguna manera diferentes realidades de una forma auténtica, hasta inadecuada. En su propuesta se siente esa preocupación por el cuidado del medio ambiente, lo que sucede con la violencia y la falta de oportunidades. Acá la limpieza de la obra no es la protagonista, eso me gusta porque la gente puede aprender más sobre la anti pintura y la pintura, es un ambiente contradictorio”: Ana María Escallón, curadora de la exposición.
“Me gusta la espontaneidad de la artista, su pincelada es sincera en el color, resuelve muy bien el espacio, las zonas de color están bien equilibradas y tiene que ver con las realidades que se viven a diario. Esas generalidades internas y externas”: Orlando Vega, pintor de la Escuela de Artes del Distrito.
“Es una obra disruptiva que muestra la complejidad del mundo, las falencias del hombre, las guerras que aterran a la humanidad y las consecuencias de una pandemia. Vemos a los jóvenes sin oportunidades, con un escenario de incertidumbre, sin embargo, la obra nos invita a una reflexión para tomar ese impulso que nos permite plantear soluciones para salvar el planeta y a nosotros mismos. La exposición es impactante, se encuentran diferentes emociones que a través de la pintura nos movilizan”: Juan Carlos Henao, exrector de la Universidad Externado de Colombia.
Redacción: María Alejandra Moreno Tinjacá
Fotografía: Lina Alejandra Zapata
Diseño Web: Jonh Beltrán
Edición: Omar Andramunio Acero