Ángela Mesa cuenta con una amplia experiencia en ritmos como el folclor, el ballet, el flamenco y el contemporáneo. Se inició en la danza a una edad un poco tardía para los bailarines, al terminar el colegio, pero ya había estado vinculada a procesos informales de formación escénicos. A partir de su experiencia en el Ballet Folclórico Tierra Colombiana conoció las múltiples posibilidades de la expresión danzaría, además de presentarse en diversos escenarios nacionales e internacionales.
Tras 6 años de trabajo con el flamenco de la mano de la profesora cubana Griset Damas, incursiona por el género contemporáneo tomando clases con Charles Vodoz y Sandrine Legendre. Al especializarse en el Centro Nacional de Danza Contemporánea (Querétaro - México), afianza su impronta propia señalando: "para mí, como filóloga, el lenguaje es de la mayor importancia". La búsqueda profunda de lo que se quiere transmitir, más allá de la coreografía; la observación del movimiento, experimentándolo y apropiándolo; la puesta en escena superando la representación; la percepción que cada bailarín hace de su espacio físico y la interacción con su entorno son aspectos, para Ángela, definitivos al plantear una dramaturgia de la danza.
Pero Ángela también ha transitado por el campo de la investigación en torno a la danza contemporánea como codirectora del Colectivo Creativo Inter fluencias, un espacio para el intercambio de conocimiento desde diversas disciplinas como la física y la química. Al respecto menciona: “Todas las personas que estamos a cargo de Inter fluencias somos bailarines, pero también tenemos cada uno diferentes disciplinas. En mi caso soy filóloga, así como algunos de mis compañeros son físicos y químicos. Lo importante para este caso es tomar los lenguajes del mundo académico y decantarlos a través del mundo escénico, esto con el fin de que las personas que no están muy enteradas de la danza, puedan acercarse con mayor facilidad a esta”.
Desde hace 7 años dirige el grupo de Danza Contemporánea de la Fundación Universitaria Cafam, lo que le ha dado la oportunidad de enfocar a los integrantes hacia la comprensión de un cuerpo para la danza centrado en el aspecto técnico y puesto al servicio de la escena. Todo esto como parte importante de lo que ella denomina el contar cosas, que es la oportunidad de narrar diversas inquietudes que surgen en el grupo a partir de movimientos que relaten con precisión dichos estados. Ahora bien. Tras la pandemia los espacios para desarrollar los procesos creativos y las prácticas de este género, cambiaron, pero esto no fue obstáculo para continuar. Logramos la puesta en escena Baila para que el alma para de llover, presentada en la 22ava. versión virtual del Festival Universitario de Danza Contemporánea, espacio que nos permite a las universidades visibilizar nuestro trabajo ofreciendo un escenario y un público para los estudiantes, que como en este caso, han explorado las posibilidades del movimiento dando otra lectura a su cuerpo desde la danza.
Andrés David Castañeda Cardona |