Fito Segrera fue la cuota tadeísta en el primer Festival Latinoamericano RealMix 2020
Fito Segrera es un trotamundos con su arte. Desde que se graduó de Bellas Artes y Producción Audiovisual y Multimedia en Utadeo, este artista cartagenero no ha parado de participar en la escena cultural de ciudades como Nueva York, India o Shanghai, en esta última donde hizo presencia como director de investigación y creación del Chronus Art Center, la primera organización de arte sin fines de lucro de China, dedicada a la presentación, investigación y creación de arte mediático y que tiene como objetivo promover la innovación artística y la conciencia cultural, al interactuar críticamente con las tecnologías de los medios que están transformando y remodelando las experiencias contemporáneas.
Luego de estar por cuatro años consecutivos al frente de un laboratorio, creado por él y especializado en investigación y creación con arte y tecnología, en Shanghai, Segrera ha regresado al país, en plena pandemia, para seguir evolucionando en su trabajo, que se mueve entre el arte, la filosofía y la tecnología.
"Siempre estoy investigando sobre temas que tienden a ser filosóficos. Por eso, desde que inicié mi carrera artística, mi foco siempre ha estado orientado a entender esa experiencia en la que estamos inmersos y para ello me he válido de la tecnología. Sumado a ello, como medio artístico, considero que estas herramientas tecnológicas tienen una característica muy especial y es que debido a que son creadas por el hombre, tienen la capacidad de reflejar nuestra propia naturaleza, es decir, nos permite conocernos mejor", comenta el artista, que, entre 2013 y 2015, adelantó la Maestría en Diseño y Tecnología con honores en Parsons, The New School y Nueva York, gracias a la beca Fulbright.
Mientras adelanta varios proyectos, que abordan los temas educativos y la aplicación creativa de la inteligencia artificial en las prácticas artísticas, y trabaja en una obra con un coleccionista asiático, Segrera hará presencia como artista invitado en el RealMix 2020 con su obra Agnosis: las memorias perdidas, una propuesta que sufrirá algunos cambios para trasladarse de lo físico a lo virtual.
Esta obra, en su esencia, es una serie de trabajos fotográficos que se generan mediante una interfaz cerebro-computadora y una cámara portátil. El artista es capaz de escanear constantemente su actividad cerebral y registrar los momentos en los que pierde su atención. Estos "recuerdos perdidos", que el artista naturalmente no recordará, son luego representados por el sistema como esculturas abstractas en un mundo virtual en 3D y un libro de registro generado de forma autónoma (pensamientos / interpretaciones mecánicas de los recuerdos perdidos).
Aunque asegura que le es difícil dar una opinión acerca del panorama colombiano en cuanto al desarrollo de estas tecnologías, señala que, si hace una comparación de hace 10 años, encuentra que hay un cambio notorio, sobre todo, porque cada vez hay más eventos que se han vuelto bandera del arte y la tecnología como lo es el Festival de la Imagen, el Simposio Internacional en Arte Electrónico, en 2017, y ahora el RealMix.
No obstante, asegura que "hay muchas diferencias entre la escena colombiana con otros países en los que he estado trabajando y, quizá, se debe en gran medida a que las prioridades en nuestro país son otras, no esencialmente inquietudes tecnológicas, porque estas las adquiere de otros países como Corea o Estados Unidos. A eso se suma, que hay menos recursos destinados a la creación con arte y tecnología", comenta Segrera, quien, pese a lo mencionado, reconoce que cada vez hay más gente interesada por estos desarrollos y en cierta medida, porque la pandemia, nos obligó a pensar en esas tecnologías.
Sobre su obra
Son varias las obras por las que este artista es reconocido. Aquí habláremos de cuatro de ellas que dan cuenta del trabajo de este cartagenero.
La escultura The Form of Becoming está formada por 32 motores, cada uno de estos son un “punto” en la línea y la estructura está diseñada para que un cordón negro parezca que estuviese flotando en el aire. Cuando el sistema inicia, hay un caos, en el que escuchas un ruido como si fuese una onda sonora cuando es caótica, y a medida que va aprendiendo el sistema a ser una línea, el sistema empieza a organizarse, de tal manera que empezamos a ver patrones de onda como los que podemos escuchar en la naturaleza y el sonido de los motores empiezan a tomar forma, un patrón sonoro a medida que se va convirtiendo en una línea y eventualmente llega a un silencio y a una estabilidad, quedando suspendida en el aire totalmente recta, hasta empezar de nuevo.
Imagen: Cortesía Fito Segrera
La obra 1 & N Chairs hace referencia al trabajo One and Three Chairspor, del artista conceptual Joseph Kosuth de 1965. La instalación de Segrera consta de cuatro elementos: una silla de madera, dos monitores y una cámara. La cámara graba la silla, haciendo zoom en ciertas áreas y fotografiando un pequeño fragmento de la imagen; esa imagen se transfiere a través de Internet al servicio de reconocimiento de imágenes de Microsoft y se traduce en una descripción verbal mediante algoritmos. Esto luego se muestra en la pantalla derecha, la descripción de la imagen también sirve como término para una búsqueda de imágenes en la web. La imagen encontrada, a través de esta búsqueda, se muestra en la pantalla izquierda. El proceso se repite continuamente con un nuevo fragmento de imagen y una descripción textual cada vez.
Esta instalación es una especie de interpretación y abstracción de imágenes que se podría describir como imaginación artificial. El sistema generalmente reconoce el objeto, una silla, pero a menudo interpreta objetos inexistentes en la imagen. El trabajo de Segrera se basa en un algoritmo programado que utiliza un generador aleatorio para crear continuamente nuevas combinaciones y opciones, ofreciendo varias posibles interpretaciones del mismo objeto.
Imagen: Cortesía-Fito Segrera
Por su parte, la obra Transiconmorfosis comprende un servicio de chat convencional alojado en una computadora interconectada con una serie de electrodos conectados al rostro del artista. El emoticono recibido a través del chat se traduce en impulsos eléctricos que obligan a los rasgos faciales del artista a imitar la expresión de cada emoticón.
Sobre esta instalación, presentada en Nueva York, el artista cuenta que "nació de una discusión con el también artista Emilio Vavarella acerca de cómo los medios digitales están afectando la manera en cómo nos relacionamos los seres humanos. Es decir, cómo a través de plataformas de chat y virtuales, el diálogo, el tacto, la conversación está siendo afectada y cómo hemos creado una serie de iconos y de símbolos para tratar de expresar ciertas emociones y estados físicos y mentales que la tecnología no logra captar".
En su haber también está la obra Technoumenon, una instalación que presenta la caída de gotas de agua en baldes que penden de hilos atados al techo; las gotas caen en orden arbitrario y el peso de estas hacen que los baldes metálicos vayan cayendo. Sin embargo, las gotas que puede escuchar un espectador son recreadas por un motor que, con una pequeña chispa eléctrica, genera el sonido de goteo de líquido sobre una superficie metálica. Todo un "engaño" para el espectador que lo lleva a preguntarse: ¿Qué es realidad?
