Juan Esteban Montes, el fotógrafo tadeísta que conquistó las portadas de Vogue y Cosmopolitan
Detrás de Il Retallack está Juan Esteban Montes, un diseñador industrial que encontró su pasión y talento por la fotografía hace más de 8 años, cuando cursaba sus últimos semestres en Utadeo. Aunque bien podría pasar por modelo de revista por su porte y su mirada penetrante bajo esos ojos almendrados, Montes es el artífice de esas portadas que se roban el aliento de los lectores de Vogue, Marie Claire, GQ, Glamour o Cosmopolitan.
En su camino, este caleño intrépido se ha codeado con diseñadores y modelos de renombre que han vestido las marcas de Versace o Dsquared2. De ahí que su nombre artístico sea conocido en México, Italia, Sudáfrica y, por supuesto, Colombia.
Su seudónimo nació durante una estancia en Italia, donde estudió la Maestría en Fotografía de Moda, en el Istituto Marangoni de Milán. Adoptó el apellido de su abuelo Retallack y le sumó el artículo Il en italiano, que en español se traduce 'el'. Hoy ese "apodo" se asocia con bellas imágenes que combinan el dinamismo y la sensualidad con una visión sofisticada, como lo describe este artista.
"Al principio de mi carrera traté de ser muy conceptual, porque me gustaba jugar con Photoshop, pero con el tiempo me di cuenta de que debía encontrar un equilibrio entre lo conceptual y lo comercial, porque si no se vuelve muy complicado encontrar clientes que estén dispuestos a mostrar un lado distinto de lo que hay en el mercado. Estar en Sudáfrica me permitió encontrar ese equilibrio, porque allí toda la moda es comercial y natural, a diferencia de Colombia", cuenta de su trabajo.
Foto: Cortesía Il Retallack
El camino en la fotografía inició cuando el ojo experimentado de la docente Elisa Villegas, quien trabajó en Utadeo hace unos años, encontró en él la sensibilidad y la aptitud para lograr instantáneas que capturaran en detalle las características del producto con una carga estética y artística. Sus habilidades detrás del lente le permitieron entrar en este mundo, primero, como asistente de su mentora, a quien juiciosamente acompañaba en cada sesión.
Luego de esa experiencia, viajó a Italia con la convicción de que quería vivir de la fotografía y allí empezó a estudiar y a hacer carrera. Cuenta que sus conocimientos de Diseño Industrial le sirvieron bastante para su maestría y le permitieron estar unos pasos adelante de sus compañeros, quienes poco tenían idea de qué era un brief y cómo se construía.
Pero, quizá, una de las herramientas que hoy considera que Utadeo le dio en sus cinco años de Diseño Industrial es la mirada de la fotografía ligada a las humanidades, un elemento clave que en la fotografía de moda le permite contar una historia donde el modelo se transforma en un personaje, por ejemplo, una caperucita roja que en vez de ser una mujer es un hombre, y su entorno cobra importancia.
Con portafolio en mano, viajó a Sudáfrica y tocó varias puertas de marcas reconocidas, pero luego de tres años y de añorar a su país, decidió regresar al continente, esta vez a México, donde el sector editorial estaba más consolidado. "Aunque extrañaba mi país, no volví a Colombia porque sentí que esa industria en la que me movía estaba quieta; muchas revistas ya no eran lo mismo y otras habían cerrado", comenta.
Foto: Cortesía Il Retallack
Un contrato para hacer unas fotografías y una pandemia hicieron que la estadía de este fotógrafo en Colombia se extendiera de una semana a siete meses. Llegó el 8 marzo con la certeza de que una semana después estaría regresando a México, pero las fronteras se cerraron, las aerolíneas cancelaron y como las turbinas de los aviones, sus proyectos quedaron en espera. Pero el tiempo es oro y la vida debe continuar...
"Durante la cuarentena hemos estado limitados para trabajar en diferentes locaciones. Hemos aprovechado el uso de terrazas o de fincas de algunos conocidos, para tomar fotos", comenta y agrega que la situación también se complicó debido a que la producción de algunos diseñadores se ralentizó por cuenta de la falta de materia prima y del cierre de talleres durante el confinamiento.
Su impronta aún está en construcción, pero toma de los mejores los insumos necesarios para hacer de su trabajo una amalgama de miradas. Reconoce y admira el trabajo del fotógrafo fallecido Richard Avedon, de quien aseguró The New York Times que "sus fotografías de moda y sus retratos habían ayudado a definir, en Estados Unidos, durante el último medio siglo, la imagen de belleza, elegancia y cultura". En esa lista de referentes también está el reconocido Nick Knigh, fotógrafo, cineasta y director de SHOWstudio, y el minucioso y detallista David LaChapelle.
Aunque le huye a la fama, sí espera que su trabajo sea reconocido y que pueda seguir contando con la libertad para contar las historias que desea. Sobre el futuro de la fotografía que siempre está en la línea delgada de lo profesional y lo aficionado, y que se cola entre las redes sociales como Instagram, deja claro que "al fotógrafo no lo hace la cámara, sino el ojo" y que el producto final habla de quien estuvo detrás del lente.
