"Ningún país debería tener armas con un potencial tan letal", la reflexión de José David Moreno sobre Hiroshima y Nagasaki
Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, efectuados el 6 y 9 de agosto de 1945 y ordenados por el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, dejaron más de cien mil personas muertas en cada ciudad y otras cien mil más heridas. Pese a las pérdidas humanas, los pobladores de estas dos ciudades japonesas dicen no sentir odio ni resentimiento. Tras 75 años de los ataques, envían un mensaje de paz, reconciliación, y, sobre todo, de esperanza en medio de la incertidumbre que deja esta pandemia por la Covid-19.
Aunque Japón ha cumplido a cabalidad su compromiso de no usar ningún tipo de arma nuclear, algunas naciones continúan en esa carrera por demostrar su poderío armamentista. Es el caso de Estados Unidos, Corea del Norte y Rusia, quienes no desaprovechan para "mostrar los dientes" con ensayos balísticos. Tal parece que la lección no fue aprendida o fue olvidada.
Así lo considera el profesor José David Moreno de la Facultad de Ciencias Sociales de Utadeo, al asegurar al diario El Colombiano que "el mundo había entendido que no podíamos estallar esas bombas porque podrían llevar a la desaparición de la humanidad. Con el tiempo se ha olvidado ese mensaje y ahora hay explosivos más poderosos que las que estallaron en Japón. Ningún país debería tener armas con un potencial tan letal".