En la noche del 24 de marzo del 2020 se dio inicio al aislamiento preventivo en Colombia por la llegada de la COVID-19, un virus altamente contagioso que, en casos graves, puede producir neumonía, dificultad respiratoria aguda, choque séptico e incluso la muerte. Cines, centros comerciales, empresas y escuelas cesaron sus actividades. No más clientes, no más público, no más estudiantes.
El enfrentamiento a este nuevo sistema puso un reto en la vida de los colombianos: adaptar su cotidianidad y continuar la vida desde los hogares. Muchas fueron las consecuencias que trajo consigo la cuarentena. Una de ellas, afectaría directamente la alimentación y el correcto desarrollo escolar de miles de estudiantes en Colombia: la suspensión del Plan de Alimentación Escolar (PAE).
El PAE es un plan diseñado por el Ministerio de Educación Nacional que promueve el acceso y la permanencia de los niños, niñas y adolescentes en condiciones vulnerables a las instituciones educativas. Lo anterior a través de la entrega de un complemento alimentario. Ante la medida del confinamiento, el gobierno tomó la decisión de implementar las clases virtuales para que los menores pudieran culminar su año académico. Pero, ¿qué pasaría con los estudiantes cuya única fuente de alimento era el PAE?
Con la activación virtual de la academia, el Ministerio de Educación anunció mediante el Decreto 533 de abril de 2020, la ampliación de actividades de la nueva modalidad del Plan de Alimentación Escolar para consumo en casa bajo el marco de la emergencia sanitaria. Retomando los objetivos principales de este lineamiento planteado por el Ministerio y en conjunto con la publicación de la resolución 0007 del 16 de abril, se especificó el nuevo plan de acción para hacer la entrega de estos alimentos a los niños, niñas y adolescentes focalizados dentro del PAE.
Vista de la zona central del Parque Arqueológico de Facatativá. Foto Alcaldía de Facatativá.
Facatativá es un municipio colombiano del departamento de Cundinamarca, capital de la provincia de occidente y se encuentra ubicada a 36 kilómetros de Bogotá. Es la segunda ciudad de Cundinamarca por población que cuenta con especies de flora y fauna ya extintas en otros lugares del altiplano cundiboyacense. Alberga a su vez el Parque Arqueológico de Facatativá, anteriormente conocido como las Piedras del Tunjo. Cuenta con once instituciones de educación pública cobijadas dentro del PAE con una población de 18.000 estudiantes matriculados.
Buscando complementar las nuevas directrices que se desarrollan en esta resolución, Mabel Clavijo, encargada de la refocalización de los estudiantes pertenecientes a esta estrategia del gobierno para el municipio de Facatativá, explica que “el programa de alimentación PAE está regido por la resolución 29452, que es la que entrega los parámetros para dar el programa de alimentación escolar en las entidades territoriales para los establecimientos educativos públicos, ellos tienen una serie de artículos que respaldan el programa de alimentación escolar”.
Cuando empezó la pandemia se hizo una reestructuración a través de la resolución 0006 del 2020, en la que se plantearon los criterios que se deben tener en cuenta para el programa PAE. Si bien inicialmente se estableció la suspensión del programa ya que los menores no iban a tener la continuidad educativa como lo hacían antes de la pandemia, a través del decreto se definió que sí se daría continuidad porque la estrategia parte de un ideal en el que los niños tengan permanencia dentro las instituciones educativas y, además, busca apoyar su proceso nutricional.
Con esto, Mabel Clavijo, la encargada de la refocalización, amplió la información del nuevo manejo que se le daría al PAE, asegurando el transporte de los alimentos hasta el municipio y generando un “enganche” para que los menores, con apoyo de sus padres, pudieran continuar con su estudio, actuando como una motivación para ellos.
Bajo la continuación de este programa, se establecieron dos modalidades para la entrega de los alimentos. “Pueden hacer una entrega industrializada, para que ellos tengan una ración para preparar en casa (RPC), que es lo que se está entregando (...) o puede ser un bono. Entonces, ellos [el Ministerio] comunican que ofrecemos estas alternativas para que ustedes, como municipio, decidan cuál van a escoger”, explica Clavijo.
Preparación del personal que se dispone a la entrega de los RPC que los padres de familia no han reclamado. Todo bajo los protocolos de bioseguridad. Foto de Sebastián Franco.
Una de las opciones que ofrece el Ministerio para la entrega del PAE es un bono de $50.000 redimible en almacenes de cadena. El valor del bono se estableció de acuerdo al precio de productos específicos, es decir, el padre o madre que se dirija a redimirlo no puede cambiarlo por productos que no estén en la lista de los establecidos en el programa.
Facatativá escogió la segunda opción: la ración para preparar en casa (RPC). Algunos padres, por falta de opciones y como única alternativa, lo perciben como un ‘mercado’. El PAE envía productos en ración con componentes específicos para una dieta balanceada: cereales, proteína y carbohidratos. Junto a los alimentos, las familias reciben una serie de minutas con instrucciones para prepararlos y algunos lineamientos de cada ración que debe ser el complemento diario para sus hijos.
Según explica Mabel Clavijo, las raciones entregadas en el municipio de Facatativá se escogieron a partir de una serie de encuestas practicadas a los niños. “Más o menos se sabe qué es lo que les gusta comer (...) de acuerdo a estas encuestas se estableció que en algunos municipios o en algunos departamentos les gusta comer pescado, pero en Facatativá no, entonces no se da”. Desde abril hasta la fecha se han entregado tres raciones, cada una destinada a satisfacer el complemento nutricional de un niño durante veinte días.
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De 18.000 niños matriculados, 9.690 (el 52%) están focalizados dentro del PAE. ¿Cómo es el proceso de selección, al interior de las instituciones educativas, de los estudiantes beneficiados?
Dentro de la ley y la resolución se estipulan los criterios que se deben tener en cuenta para hacer la focalización de los estudiantes. Mary Luz Bermúdez, secretaria de Educación del municipio de Facatativá, los resume así: primero las víctimas del conflicto armado, estos niños o adolescentes entran como prioridad; segundo los niños que están en preescolar y primera infancia, ya que son los que más necesitan un buen acceso alimentario pues están en desarrollo; y tercero los niños que están en la zona rural. El cuarto criterio abarca a los niños que están en la jornada única.
Actualmente, los niños en condición de discapacidad que se encuentran en el área urbana no entran a ser prioridad pues hay que tener en cuenta que ellos llevan un régimen nutricional diferente y los cuidadores son un factor adicional que se debe recalcar para considerar a la hora de la entrega de estas raciones, de igual forma, si están dentro de los criterios ya establecidos por el Ministerio de Educación, es decir, si hacen parte de la población rural, ya hacen parte de este grupo focal.
Por estas semanas, se cumple con la entrega de raciones para veinte días, que son los que corresponden al calendario escolar en un mes. A las instituciones se les exige condiciones de almacenamiento o bodegaje: asegurar que no haya roedores, con acceso a ventanas que mantengan el espacio en condiciones de ventilación, “nada de espacios abiertos, para asegurar la conservación de los alimentos”, como dice el alcalde de Facatativá, Guillermo Eduardo Aldana. En las instituciones que no tienen un lugar dónde almacenar las raciones, se les pide adecuar espacios como las salas culturales.
Esta es una de las instituciones que componen los 11 centros educativos públicos de Facatativá. Pertenece a la jornada continua y es favorecida por el PAE. Foto de Sebastián Franco.
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Uno de los mayores retos en la entrega del PAE fue la logística y control para que cada padre de familia recibiera el PCR y respetara la medida del pico y cédula.
El alcalde Aldana explicó que los operadores encargados de la entrega de los alimentos, adquieren un compromiso desde el día uno: establecen la logística de entrega, las manipuladoras de alimentos (mujeres encargadas de la preparación adecuada de la comida en los colegios antes de la pandemia) y la adecuación de los espacios para la entrega, y frente a la contingencia, el peso del gramaje de los alimentos para que vaya de acuerdo con las necesidades nutricionales de cada niño.
Antes de ser entregados, se realizan los exámenes microbiológicos a los alimentos, posteriormente, se asume el transporte acondicionado de los alimentos, dando la seguridad de que estos están en excelente estado. Cada ración es empacada por los operadores que, como dicta la ley, deben tomar todas las medidas de bioseguridad necesarias.
Infografía de la página web del Ministerio de Educación Nacional. Conozcamos un poco más del PAE y cómo funciona.
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¿Y quiénes son los encargados de focalizar a los niños? Las instituciones educativas por medio de Comités de Alimentación Escolar (CAES), compuestos por el rector, un docente, un grupo de representantes del colegio, los personeros, los contralores y los niños titulares de los derechos. El rector y el director de grupo son los principales encargados de esta labor, pues tienen, de primera mano, el contacto directo con los niños y las diferentes necesidades o contextos de sus hogares. Por medio de ese canon se levantan unas actas donde se establecen a los niños focalizados que, posteriormente, ingresan a la base de datos de la Secretaría de Educación y quedan inscritos en este programa.
Esas bases de datos se incluyen en la lista TRECE A, una planilla que se maneja al interior de la Secretaría de Educación en la cual se confirma el acceso del niño al programa. Se sistematiza, se enlista por municipio o departamento, y con esto, las personas que manejan las entregas crean una planilla específica conocida como planilla alimenticia para dar conocimiento de que esta estrategia es del Ministerio de Educación Nacional.
Todo este proceso responde a las necesidades de las familias en los diferentes municipios, ya que la pandemia dejó en evidencia no solo la fragilidad del sistema laboral colombiano sino la importancia de estrategias como el PAE, cuyo fin último es mantener a los niños, niñas y adolescentes vulnerables en condiciones de nutrición óptimas para que su proceso formativo y de desarrollo sea integral.