Orgullo tadeísta: Juan Diego Calderón, uno de los concejales más jóvenes del país

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Orgullo tadeísta: Juan Diego Calderón, uno de los concejales más jóvenes del país

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Orgullo tadeísta: Juan Diego Calderón, uno de los concejales más jóvenes del país
Miércoles, Marzo 18, 2020
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Con veinte años de edad, este estudiante de cuarto semestre de Economía se posesionó como concejal de Anapoima (Cundinamarca). Su objetivo es mejorar el acceso de los jóvenes de su municipio a la educación superior.
Fotografías: Alejandra Zapata y Archivo Juan Diego Calderón

Con veinte años cumplidos, el tadeísta Juan Diego Calderón, estudiante de cuarto semestre de Economía, no solo se convirtió en uno de los concejales electos más jóvenes del país, sino además en un símbolo de la tenacidad y la perseverancia, esa que está en el ADN de nuestra comunidad universitaria.

Con una campaña enfocada en ofrecer mejores oportunidades de educación superior a los jóvenes de Anapoima (Cundinamarca), sin recursos y sin maquinarias políticas que lo respaldaran, el pasado 27 de octubre, el tadeísta recibió el apoyo de 200 de sus paisanos, quienes lo llevaron al cabildo de su municipio, siendo uno de los tres concejales independientes de esa corporación.

La tarea no fue nada fácil, según lo comenta Juan Diego, pues el partido por el cual aspiró, Colombia Renaciente, era una colectividad nueva, eso sí, sin ninguna tacha en materia de corrupción. Incluso, cuenta entre sus anécdotas, que para financiar su campaña tuvo que recurrir a la venta de empanadas, pasteles de yuca y arepas a las afueras de la Universidad, actividad que hizo hasta algunos días después de haber sido electo.

“Tocaba las puertas en las diferentes veredas de Anapoima para dar a conocer mi plan de gobierno. Siempre les decía que llegaba con ideas y propuestas más no intereses”, sostiene el futuro economista como una de las claves de su éxito.

Su gran sueño, además de hacer una muy buena gestión como concejal en términos de control político y soluciones a las necesidades de sus conciudadanos, es poder ayudar a construir una universidad en Anapoima, pero también velar porque el municipio tenga su propio acueducto, cuente con un mejor sistema de salud, y ante todo, brindarle la posibilidad a los anapoimunos de contar con un proyecto de Vivienda de Interés Social (VIS): “aunque Anapoima es considerado un municipio de ricos, para sus habitantes es casi imposible contar con una vivienda propia. Hay brechas de desigualdad muy grandes”, comenta.

Sus días entre el Concejo y la Universidad suelen ser muy atareados y caóticos, pero sabe que el esfuerzo vale la pena, a pesar de los 220 kilómetros de distancia que tiene que recorrer, idea y vuelta, cuando tiene sesión como cabildante. Esos días, comenta, inician a las 4:00 a.m., pues debe llegar a las reuniones en Anapoima a las 7:00 a.m. Luego, tras finalizar el cabildeo a eso de la 1:00 p.m., se devuelve para Bogotá, con el fin de asistir a sus clases en la Universidad. Esta dinámica de responder en la academia y en lo político lo han llevado a vivir tres días en su pueblo natal, tiempo en el que conoce de cerca las inquietudes de la comunidad, y cuatro en Bogotá.

Asegura que estudiar en Utadeo la ha dado bases muy importantes para hacer política, en temas clave como la administración pública. Pero también recuerda que nuestra Universidad le ha abierto las puertas para continuar sus estudios, al ser beneficiario de los subsidios de alimentación por parte de Bienestar Universitario, y al tener el respaldo financiero, en 2019, cuando viajó al Concurso Nacional de Oratoria en Ibagué, certamen en el que ocupó el segundo lugar.

 

Un líder por naturaleza

La historia de nuestro tadeísta, como él mismo lo describe, es un sinónimo de resiliencia, de buscar oportunidades incansablemente. Becado por la Gobernación de Cundinamarca para estudiar en Utadeo, señala que desde niño tenía ese don de liderar. Lo hacía primero en su colegio, donde fue contralor y candidato a la personería, pero también lo ha sido como orador.

Para él lo más importante es cumplir los sueños, sin importar cuán difíciles sean. Por eso, desde que estaba en bachillerato sabía que quería ser concejal. Ahora piensa, después de terminar sus estudios y este periodo en el Concejo, seguir aspirando a cargos de elección popular en su municipio y en la región. “Invito a todos los tadeístas a pensar en el futuro, a no quedarse en la zona de confort y siempre tener en la mira los sueños, sin desmayar por los obstáculos que se puedan generar”.

Reconocimiento personería jurídica: Resolución 2613 del 14 de agosto de 1959 Minjusticia.

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