La medicina alopática nacional es una opción que, a pesar de no ser nueva, se ha impuesto en los últimos años en el nicho de la salud en Colombia como una nueva forma de concebir los tratamientos médicos. Sus origines son milenarios y su procedencia se remonta al hemisferio oriental, con gran influencia de la cultura China.
Las cifras hablan por sí solas. En Colombia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 40% de la población acude a la denominada medicina alternativa o medicina complementaria, la cual ofrece una gran variedad de métodos o terapias con las que se puede tratar a un paciente, dependiendo de las características únicas del individuo como su edad, sus hábitos de vida, su historia genética, dejando de lado los factores patológicos de las enfermedades. Entre otras, existe la homeopatía, herbología, acupuntura, terapia neural, terapias energéticas, terapias basadas en el cuerpo y otra gran cantidad de alternativas que compiten para hacerle frente a las metodologías de la medicina alopática [uso médico de ingredientes activos o intervenciones físicas para tratar o suprimir los síntomas o los procesos fisiopatológicos de las enfermedades].
Similia similibus curantur
“Lo semejante se cura con lo semejante”. Ese es el principio fundamental en el que se basa la homeopatía, una de las corrientes de la medicina alternativa más practicadas en Colombia y avalada por la academia. Existen tres universidades en el país que cuentan con posgrados que profundizan el conocimiento de esta rama: la Universidad Nacional, con una maestría, y la Fundación Universitaria Luis G. Páez y la Universidad Juan N. Corpas, con una especialización cada una. Según la Asociación de Médicos Investigadores en Terapéuticas Alternativas (Amit), han salido más de 350 egresados de las instituciones mencionadas con anterioridad.
Según el doctor Óscar Casas, la mayoría de los medicamentos a base de cannabis que hay en Colombia son producidos para incrementar la tolerancia a dolores producidos por ciertas enfermedades. Foto: Carlos Mora.
Óscar Casas, doctor homeópata egresado de la Universidad Nacional, explica que en la homeopatía se utilizan plantas puras o minerales que se llevan a una preparación en difusión, se maceran y se diluyen, para luego convertirse en medicamentos que se ponen a prueba en pacientes sanos. Posteriormente, en esos pacientes sanos se desencadenan ciertos síntomas, los cuales se acuñan bajo un nombre específico y se usan como medicamento para curar a un paciente enfermo.
Con el propósito de ejemplificar y explicar con más exactitud el funcionamiento de la homeopatía, se usará de referencia un medicamento llamado nux vonica, el cual es usado para tratar los problemas digestivos. Ese medicamento utilizado en un paciente sano podría desencadenar problemas estomacales como náuseas. Por otro lado, cuando se administra a un paciente enfermo que padece esos síntomas (náuseas en este caso), el resultado del nux vonica es el equilibrio de su salud, validando así el principio de la homeopatía: lo semejante se cura con lo semejante.
Dentro de los tratamientos médicos llevados a cabo bajo la metodología homeópata no se discrimina ningún tipo de enfermedad. Según el doctor Casas, “las medicinas alternativas no tienen límite y son muy bondadosas”, ya que pueden ocuparse desde golpes hasta casos cancerígenos. No obstante, a pesar de sus amplios alcances, se debe tener en cuenta que, así como la medicina alopática trata cualquier tipo de enfermedad, no siempre la cura. “El éxito de los procesos alternativos de medicina se da en etapas primarias del padecimiento”, afirma Casas.
La moxibustión es un tratamiento que forma parte de la medicina tradicional china. Utiliza las hojas pulverizadas, secadas y trituradas de la planta Artemisia abrotanum a la que se le da forma de cigarro denominado moxa. El moxa se pone en la parte del cuerpo que se desee, con el objetivo de estimular el flujo de la sangre. También se usan en terapia de acupuntura. Foto: Carlos Mora.
El doctor general Euclides Contreras receta medicamentos homeopáticos a personas que, por su condición o por su avanzada edad, no toleran la carga química que componen los medicamentos alopáticos. Contreras reconoce que a pesar de que el campo de la salud en Colombia se centra mayoritariamente en la filosofía de la medicina alopática, acepta la opción homeópata como “una serie de técnicas acuñadas desde hace muchos años, que no deben ser relacionadas con la industria naturista”.
Uno de los factores que más escepticismo causa con relación a la medicina alternativa es la informalidad de quienes la practican, ya que en ese medio es recurrente encontrar a personas autodidactas que dicen tener los conocimientos necesarios para ejercer la profesión. La Ley 1164 de 2007 tiene como objeto establecer las disposiciones relacionadas con los procesos de planeación, formación, vigilancia y control del ejercicio, desempeño y ética del talento humano del área de la salud. Para que un médico pueda ejercer enfocándose en la medicina alternativa, debe tener en cuenta que la ley le exige tener especialidad en alguno de los campos de esa corriente de la salud. Además, la institución en la que se adquiere el título debe estar acreditada por el Ministerio de Educación. Las únicas especialidades que existen en Colombia son la homeopatía, la acupuntura, la terapia neural y la medicina China.
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Algo que llama la atención de los usuarios que desean recurrir a tratamientos médicos alternativos es su costo. Para Casas, “puede ser más económico para el paciente pensar en costearse el tratamiento a largo plazo”. Su perspectiva guarda reserva frente a costos específicos, que, según sus declaraciones, pueden llegar a ser más elevados que los de la medicina tradicional, en caso de que el paciente requiera de consultas o medicamentos en un corto periodo de tiempo.
Según la Cámara Colombiana de Medicamentos de la Andi, en Colombia se consumen 11,7 billones de pesos al año en medicinas y se estima que entre un 5% y un 7% corresponde a medicamentos homeopáticos. Es decir, este mercado produce entre 580.000 y 800.000 millones de pesos anuales. Tanto es el impacto de esta medicina que no solo ahora se encuentran más de 500 farmacias homeopáticas en Bogotá, sino que algunas EPS prepagadas como Colsubsidio y Famisanar están empezando a involucrar en sus servicios métodos de medicina alternativa.
Estas son algunas de las agujas utilizadas en terapias de acupuntura. Debido a su tamaño, se usan para los oídos y el rostro. Foto: Carlos Mora.
Los aspectos diferenciales de la medicina alternativa y la medicina alopática se pueden detectar desde la primera consulta médica. Según la doctora Diana Peña, especializada en medicina alternativa, “la medicina alternativa es una entrevista clínica que indaga y analiza la historia topográfica del paciente y se centra en todo el recorrido de su vida para, posteriormente, detectar síntomas claves y así poder recetar el medicamento homeopático”.
Una característica novedosa de la medicina homeopática en Colombia es la incursión de medicamentos hechos con cannabis que, en la actualidad, se están empezando a utilizar con fines médicos de una manera más tranquila, dejando el tabú a un lado. Por experiencia de uso profesional de este tipo de medicamentos, el doctor Casas afirma que esto se da porque “el paciente siente que no se le está suministrando algo que lo va a drogar, ni que le va a generar algún tipo de dependencia”.
Hoy por hoy, la medicina alternativa es una oportunidad para la sociedad colombiana ya que además de controlar y tratar todas las patologías, es una apuesta para disminuir el volumen de personas en las EPS, permite fomentar una cultura de prevención, ofrece metodologías para centrarse en la raíz de las enfermedades y no en tratar únicamente los síntomas e ignorar las causas.
De vidas paralelas I
Con 19 años, María Fernanda vivía una de las situaciones más críticas de su juventud. Se sentía infeliz con su carrera y se cuestionaba acerca de los objetivos que tenía para su vida, sentía que gastaba el dinero de sus papás en algo en lo que ya no quería invertir tiempo. Para aquel entonces su situación sentimental tampoco era la mejor, estaba en una relación que no la hacía sentir feliz y los interrogantes acerca de su autoestima eran recurrentes.
El marañón es una de las frutas que tiene mayor beneficio para la salud. Previene la diabetes, la obstrucción arterial, extermina las bacterias que producen caries y ayuda a regular el peso. Foto: Carlos Mora.
Una mañana, como de costumbre, salió de su casa para ir a clase. Dentro del Transmilenio sentía que algo obstruía su respiración, escuchaba los sonidos que la rodeaban con un volumen excesivo y sentía que todas las miradas se dirigían a ella. Decidió entonces regresar a casa.
Su mamá ya había notado cierta extrañeza en los cambios de actitud de Maria Fernanda y decidió que un psicólogo era la opción indicada para descubrir el por qué. Una doctora hacía preguntas, su rostro era una incógnita, sólo se escuchaba su voz que se asomaba por los costados de una pantalla de computador. Las protocolarias dudas eran desinteresadamente respondidas y, entre preguntas, perdieron la noción de tiempo. El dictamen fue ansiedad con indicios de depresión.
Pasaron dos días para que tuviera que volver al consultorio y lo hizo con el deseo de descubrir cómo era el rostro que se escondía detrás del monitor. La voz había dejado de hacer preguntas, ahora parecía estar aconsejando, aunque entre más se pronunciaba, más se incrementaba el volumen de su voz. De repente, ya no aconsejaba, exigía: “Para que supere sus miedos debe afrontar sus materias normales, debe regresar a la universidad”. La joven lo intentó, pero no estaba físicamente preparada para regresar a la rutina.
Hubo un nuevo dictamen, fue remitida al siquiatra. María Fernanda se negó, conocía lo que implicaba, no quería arriesgarse a caer en la farmacodependencia. Pasaron los días, un viejo conocido le recomendó a una mujer que no sabía cómo describir, “psicóloga, terapeuta o vidente, qué mas da”.
El nopal es una planta de la familia de los cactus, se destaca por sus propiedades antioxidantes que previenen el envejecimiento celular. Foto: Carlos Mora.
En la primera sesión, María Fernanda comentaba en voz alta que había sido diagnosticada con ansiedad y que la habían remitido a siquiatría. La mujer le pidió recostarse sobre una camilla, tenía que seguir un ritmo de respiración, estaba meditando. Era una meditación a medias, inhalaba, exhalaba, inhalaba, exhal… mientras tanto, en su cabeza se preguntaba, “¿Qué estoy haciendo?”.
Segunda sesión, algo llamado “constelaciones familiares”, tal vez si estaba al frente de una vidente. Esta vez la orden era asignarles a las piedritas que tenía enfrente un elemento, una persona, un lugar. El primer cuarzo lo designó para representarse a sí misma, el segundo recreo su universidad, el tercero su familia, el cuarto sus amigos y el quinto su exnovio.
El objetivo, visualizar a cada uno de esos minerales con forma de piedra semicircular. Ahora la joven estaba en la capacidad de sentir la carga espiritual que cada una de esas representaciones tenía, podía modificar el orden de importancia, podía decidir qué tipo de influencia quería a su lado o por el contrario qué podía relegar a un segundo plano. Con el tiempo, María Fernanda no se sentía curada, pero creía tener las herramientas necesarias para enfrentar sus problemas. Al final asistió a cerca de doce sesiones en tres meses.
De vidas paralelas II
Vitalia Garzón cumplirá 100 años en el mes de octubre. Puede que la alternativa a la que ha acudido para conservar su salud tenga influencia en su estado de vigorosidad: recurre a la acupuntura con el propósito de controlar las dolencias que le provoca su cuerpo, dolores de cabeza, de brazos, aquello del manguito rotador, meniscos que ya no amortiguan, mareos y dificultades para que la sangre circule.
Vitalia Garzón, viuda de Gil, considera que su longevidad se debe a la buena alimentación que ha tenido desde su infancia, gracias a los productos naturales que consumía en Toca, Boyacá, su lugar de origen. Pronto cumplirá 100 años.
Llega al consultorio homeopático, se recuesta boca arriba en una camilla que transmite calor. Mientras tanto el médico ubica de a ocho a diez agujas en el cuerpo de la paciente, que se insertan en ocho o diez de los 361 puntos acupunturales que se encuentran en todo el cuerpo. Cada uno de esos puntos refleja la actividad del organismo, dependiendo de la reacción que tenga el paciente al momento de insertar la aguja se puede determinar la patología. Las reacciones pueden ser, entre otros, dolores espontáneos, alteraciones en la piel o cambios locales de temperatura.
El tratamiento de cada persona es distinto. Vitalia debe ir diariamente a terapia durante un mes y luego tres veces por semana. El objetivo era llegar a asistir nada más una vez cada siete días. Además, sus terapias son complementadas con algunos espráis que son relajantes musculares, se le suministran cápsulas naturales comestibles para prevenir enfermedades, y algunos ungüentos que debe aplicar en su cuerpo cuando el dolor sea constante.
En repetidas ocasiones, las dolencias en sus extremidades inferiores le impiden andar pero, después de cada sesión de acupuntura, siente sus piernas rejuvenecidas. Con casi 100 años, Vitalia puede recorrer su casa de forma independiente, aportándole a su vez dignidad a su condición como adulto mayor.