Laura Cortés, la tadeísta que visitará un campo de refugiados en Argelia
Por cerca de 40 años, más de 150 mil habitantes saharauis han sobrevivido en medio del desierto estéril en Tinduf, Argelia. De estos campamentos de refugiados, ocupados por nuevas generaciones que han habitado en tierra de nadie y con pocos horizontes de estudiar y de emprender, son muy pocos los que han logrado salir de esta tierra sumida en un conflicto entre Marruecos y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), del que poco se ve una salida negociada.
Esta disputa se remonta a 1952, año en el que España declara a Sahara Occidental como su colonia africana. Dos décadas después, la Asamblea General de las Naciones Unidas -ONU- apela porque el Estado Español celebre un referéndum de autodeterminación para que los pobladores decidan si quieren ser un pueblo independiente.
En medio de ese proceso, el rey de Marruecos, Hassan II, ordena que sus pobladores se desplacen por el desierto para colonizar el Sáhara Occidental mientras sus soldados acorralaban y masacraban a la población saharaui.
Un mes más tarde de la intrusión del pueblo marroquí, el gobierno español, sin legitimidad, cede la administración del territorio a Marruecos y Mauritania, luego de alcanzar los llamados “Acuerdos Tripartitos de Madrid”. Con esta decisión, el ejército marroquí inicia un hostigamiento contra los saharauis, que termina en masacres colectivas, desapariciones en fosas comunes, saqueos de sus hogares, envenenamiento de los pozos, entre otros. Ante esta arremetida, los saharauis deciden huir y refugiarse en Argelia, un país que terminó en la mitad de este conflicto geográfica y circunstancialmente.
A esta nación, que también tiene sus propios problemas políticos, económicos y sociales, han llegado ciudadanos de todo el mundo con el objetivo de analizar este conflicto, abordando aspectos como el proceso de descolonización en África, el papel de las Naciones Unidas y la comunidad internacional en la consolidación de los procesos de paz.
Con ese mismo propósito, Laura Cortés, estudiante de octavo semestre del programa de Ciencia Política y Gobierno de Utadeo, visitará este territorio, junto con otros estudiantes de universidades públicas y privadas de Colombia, a través del Centro de Estudios en Seguridad y Paz.
Este viaje de misión y observación a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, se logró gracias al convenio que este Centro ha establecido con el gobierno de la RASD, para contribuir a la difusión y al análisis del conflicto en el territorio, aportando su experiencia para una solución pacífica, estable y duradera al conflicto. Hablamos con ella sobre cómo se está preparando para asumir este nuevo reto, el rol que desempeñará durante esta misión y sus expectativas. Esto fue lo que nos contó.
¿Cómo surgió la oportunidad de participar en esta misión?
Todo se originó semestres atrás cuando me encontraba en la clase de Estados, guerra y poder político, del profesor José David Moreno, quien invitó a la clase a Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios de Seguridad y Paz, para que explicara la situación de los refugiados saharauis en este país. Al finalizar la clase, nos comentó sobre los dos viajes que ya habían realizado para conocer la situación política y social de Argelia, a partir de estas experiencias ellos quisieron darle la oportunidad a jóvenes colombianos de percibir en carne propia lo que ocurría allí, de analizar e intentar aportar a la solución de necesidades puntuales que tiene la comunidad refugiada en este territorio.
Esta población llegó en condición de refugiada, debido a la persecución ejercida por el gobierno marroquí. ¿Qué más detalles conoce del conflicto que se libra en esta parte del territorio africano?
A diferencia del conflicto desencadenado en Colombia desde hace más de 60 años, esta guerra no tiene muertos ni combatientes. En 1991 el Frente Polisario, compuesto por milicias saharauis, y el reino de Marruecos firmaron la paz con la intención de cesar el fuego armado, un objetivo logrado a medias, puesto que la violación de derechos humanos continuó con actos de tortura a los ciudadanos saharauis. Sin embargo, es la hora en que estas violaciones no son reportadas por organizaciones y medios de comunicación. Poco o nada se sabe de lo que verdaderamente ocurre allí, por eso nadie pone sus ojos en este conflicto.
Ante el panorama histórico, ¿cuál es el propósito de su participación en esta misión? ¿Qué actividades realizará durante su permanencia?
Analizar el desarrollo del conflicto desde sus inicios, desde la etapa de 1965 hasta 1991, época en que cesó el fuego. También la participación de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que puso alto al fuego, estableció la misión para el referendo del Sahara Occidental y estableció el campo de refugiados que visitaremos. Allí, tendremos la oportunidad de compartir con la comunidad y convivir con ellos, para conocer de cerca lo que han padecido durante años supervivencia en ese territorio tan hostil. También asistiremos a dos foros, en donde presentaremos algunas ponencias de las cuales sacaremos un libro y daremos a conocer durante la Filbo 2020. En ese proceso, nos reuniremos con representantes del Gobierno y conoceremos el Congreso de Mujeres.
¿Cómo cree que esta experiencia le aportará al análisis que realice de su país?
Siento que va a ser muy interesante todo lo que podamos observar allá y que sirva de modelo para implementarlo en mi país. Por ejemplo, Néstor nos contaba que en viajes anteriores, algunos de los visitantes analizaron cómo estaban estructurados estos campos con el propósito de tomar algunos detalles de su modelo para atender a los migrantes venezolanos.
También nos dijeron que el propósito era que trajéramos ideas como aporte a la implementación del proceso de paz, que hoy lamentablemente es considerado como fallido por cuenta del incumplimiento de las dos partes.
¿Cómo se ha preparado para vivir esta nueva experiencia?
Esta es la primera vez que viajo sin mis padres. De hecho, fue difícil convencerlos de que me dejaran ir porque indagaron sobre la situación del país y pues no dejaron de sentir miedo por lo que pudiese pasar. Sin embargo, luego de conversar mucho con ellos, asumieron que esta oportunidad me permitiría crecer en materia profesional. Desde ese momento empecé a leer más sobre este país, sobre sus creencias y tradiciones como, por ejemplo, qué vestuario es aceptado o no por ellos. Emocionalmente es complicado prepararse, porque eso solo se percibe cuando se está allí.
En ese mismo sentido, ¿qué herramientas considera que le ha dado la Universidad para asumir este reto?
Los componentes de la universidad me dieron las bases para entender cómo se originan los conflictos, cómo funciona la política exterior, la política comparada, los sistemas políticos y los regímenes. Creo que es un buen momento para agradecer a todos ellos por sus aportes; algo que me gusta de esta Universidad es la calidad académica y humana de los profesores, ellos nos enseñan a ser críticos y no a comer entero. Vemos todos los ángulos de un tema.
¿Siempre quiso estudiar Ciencia Política y Gobierno?
Inicialmente quería estudiar Medicina, pero la muerte de mi abuela me afectó, no fue fácil asumir su partida y menos que yo no haya hecho nada. Eso me cuestionó sobre qué haría si se me muriera un paciente. En segundo lugar estuvo la política, porque siempre ha estado en la vena familiar, así que revisé el pensum de varias universidades y opté por Utadeo.
