Innovar o condenarse a repetir. Esa es la consigna que, según la directora del Instituto Humboldt, Brigitte Baptiste, sintetiza en parte el conversatorio sobre “Divulgación científica: sus virtudes y vicios”, que se celebró en la 31ª Feria Internacional del Libro de Bogotá (FilBo), en el que se lanzó el proyecto de periodismo científico multimedia Expeditio.
En su columna de opinión en El Espectador, Baptiste, quien fue panelista en este evento, destaca la importante relación que deben tener la comunicación y la apropiación del conocimiento por parte de los tomadores de decisiones, en la medida que esta suma da como resultado la concepción de políticas innovadoras, en un momento donde la inversión en Ciencia y Tecnología sigue estancada: “Quedó en el aire la sensación de que hay una profunda resistencia política a la innovación derivada de la captura del Estado y sus fuerzas de producción por una perspectiva más feudal que moderna, a la que claramente favorece la ineficiencia del statu quo, empezando por el sector agropecuario del país, pero sin que se queden atrás amplios sectores de la industria y, paradójicamente, de la sociedad civil”.
La experta indica que, pese a la revolución biotecnológica y de biodiversidad en la que Colombia ha empezado a abrirse camino, aún permanecen subsidios ambientales y monetarios a sistemas productivos insostenibles, razón por la que celebra la reciente Ley de innovación agropecuaria que tiene en cuenta la producción de conocimiento como uno de los bienes públicos más preciados en la actualidad, dado que es solo a partir de él que puede obtenerse un modelo de desarrollo alternativo.