“Cuando aprendes a conocer el café te vas a dar cuenta la magia que tiene. El café es una bebida que permite conectarme con lo espiritual y lo intelectual para dar lo mejor de mi” Antonio Romero.
Para la mayoría de colombianos tomar café hace parte de su cotidianidad. Lo consumen en el desayuno, como parte de las onces o como bebida que les da energía en un día ajetreado por el trabajo y el estudio. Sin embargo, para el emprendedor y estudiante del programa de Ingeniería de Alimentos de Utadeo, Antonio Romero, el café se ha convertido en su motor y filosofía de vida, tanto así que es considerado uno de los mejores baristas de esta bebida a nivel mundial, y su empresa “Arte y pasión café” es pionera en la formación integral de baristas, así como en asesoría técnica a familias caficultoras del país y a emprendedores de tiendas especializadas en café alrededor del mundo.
Fue en el 2006 cuando el sueño emprendedor inició. Arte y Pasión Café nació con el fin de generar cultura cafetera de manera personalizada, tratando de explicarle a cada consumidor el tipo de café que se está tomando, la historia de su procedencia y su calidad. Este último aspecto es de vital importancia para Antonio, pues pese a que Colombia es uno de los principales productores de lo que muchos llaman el “nuevo oro negro”, los colombianos están acostumbrados a tomar un mal café, procedente de granos con defectos y pasilla. El nombre de su empresa nació a raíz de una pregunta que alguna vez le hicieron acerca de las condiciones que se necesitan para ser un barista. Su respuesta fue: arte y pasión, y tomar mucho café.
Hace algunos meses, Antonio abrió una tienda de Arte y Pasión Café en la calle décima con carrera octava, en el Centro de Bogotá.
Sin embargo, hacer crecer su emprendimiento no fue tarea fácil. Los primeros seis años vivió la presión e incertidumbre de lo que podría ser una quiebra inminente, al tiempo que a las afueras de su primera tienda, ubicada en la Casa de los Alcaldes y Gobernadores en el centro de Bogotá, libraba una verdadera lucha para atraer clientes haciendo uso del pregón como única herramienta de promoción de sus productos.
“Cuando emprendes, hay que encontrar algo que realmente nos apasione. Cuando algo te apasiona, así no te paguen lo que tu mereces, lo sigues haciendo. En mi caso, aunque no tuviera lo que tengo, si tuviera que empezar de cero, sería barista, pues es mi vida, y sé que este emprendimiento está encaminado a hacerme feliz día y noche”, comenta con emoción esta tadeísta, quien aconseja a los emprendedores que lo importante no es pensar inicialmente en la solidez económica sino en la satisfacción del sueño cumplido, y que por tal razón, es importante calcular pero no quedarse en la planeación, sino asumir el riesgo.
Para Antonio, el café es la bebida que activa su vida día a día.
El café que transforma vidas
A medida que crecía Arte y Pasión Café, Antonio veía la necesidad de profesionalizar a los baristas de café en el país, dado que muchas empresas debían contratar a profesionales extranjeros para servir esta bebida. Dicha inquietud finalmente se hizo realidad en el 2012, cuando se creó la escuela de formación, que a la fecha ha formado a más de cien baristas en seis cohortes.
El tadeísta aún guarda en su mente el recuerdo de lo que fue la primera graduación de esta escuela de baristas. Todo empezó en el Colegio Eduardo Torres Quintero, institución en la que años atrás Antonio culminó su bachillerato, y que como retribución a lo aprendido, quiso transmitir a los estudiantes de los grados once los conocimientos sobre barismo que durante cuatro años adquirió en Europa, a través de un curso que duró ocho meses: “El día de la graduación de estos chicos, creo que se sentían más orgullosos de recibir su título de baristas que el de bachilleres. Al día siguiente, todos estaban en Arte y Pasión preguntándome sobre lo que seguía. Ese día cambié el personal y los integré a todos”.
Muchos de los egresados de la escuela se han proyectado internacionalmente y otros hacen parte del proyecto empresarial de Romero. Sin embargo, lo más significativo para este emprendedor es la capacidad que tiene el café como instrumento para transformar vidas, como lo es el caso de Carlos Skinner, ex integrante de una pandilla del barrio Pinares en Bogotá, quien recibió el curso de formación como barista justo antes que en su barrio iniciara una campaña de “limpieza social” en la que muchos de sus antiguos compañeros fueron asesinados. También está la historia de William Morera, quien pese a sus limitaciones físicas se ha convertido en baristas líder en uno de los puntos de atención de Arte y Pasión Café.
Gran parte de los empleados de Arte y Pasión Café han sido formados como baristas.
Formarse para formar a otros
Si algo ha aprendido Antonio es que la formación continua es la mejor manera de hacer sostenible su emprendimiento al tiempo que le brinda respaldo a su fundación de baristas. Antonio ha representado a Colombia en tres campeonatos mundiales de café y licores, donde ocupó el sexto lugar en el certamen que se realizó en Londres en el 2010. Así mismo, fue ganador del “Botón de oro” como expositor especializado en bebidas en Isla Margarita en el 2016, y es barista certificado por la Asociación de Cafés Especiales de Europa, maestro tostador y bartender “Aguila de Plata”, máxima distinción dada a los profesionales de esta área.
Pese a esta impecable trayectoria, a Antonio lo inquietaba la forma como su empresa podía ser amigable con el medio ambiente, a través del aprovechamiento de los residuos generados. Es así como decidió estudiar Ingeniería de Alimentos y seleccionar a Utadeo como su mejor opción de formación, debido a sus altos estándares de calidad y su integralidad en el plan de estudio.
Antonio combina sus conocimientos como barista con los conceptos vistos en la carrera de Ingeniería de Alimentos en Utadeo, a través del Café Lab que está construyendo junto con sus compañeros.
“Estoy muy agradecido con la Universidad, pues me ha permitido empezar a ver mi empresa de forma diferente. Tener la posibilidad de crear semilleros con mis compañeros y darle la oportunidad a muchos chicos, entre ellos los del Programa Ser Pilo Paga, a ser parte de mi empresa y que ellos puedan pagar sus gastos”, agrega Romero.
Actualmente, Antonio junto con un grupo de estudiantes tadeístas, se encuentran desarrollando un Café Lab, espacio donde pone en diálogo sus conocimientos como barista en medio de probetas y tubos de ensayo. Hasta el momento, gracias a este laboratorio se han logrado identificar buenas prácticas para la reutilización de residuos, al tiempo que se creó un software en java que permite optimizar los procesos de formación de los baristas. Así mismo, los estudiantes del semillero contribuyen a la formación de baristas integrales y competentes en temas como física, química, matemática e inglés.