Propuesta de lineamientos de política pública en construcción de paz desde una perspectiva eclesial
Presentación de los resultados de la consultoría “Propuesta de lineamientos de política pública en construcción de paz desde una perspectiva eclesial”
En el marco de la XC Asamblea Plenaria del Episcopado de Colombia, el pasado 8 de febrero la Facultad de Relaciones Internacionales y Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano presentó los resultados de la consultoría “Propuesta de lineamientos de políticas públicas en construcción de paz desde una perspectiva eclesial”, realizada para el Secretariado Nacional de Pastoral Social -SNPS.
Ante un auditorio compuesto por cerca de noventa obispos y arzobispos de Colombia, entre quienes se encontraban Mons. Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, el Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz y Mons. Fabio Henao, director del SNPS, el decano de la Facultad, Carlos Andrés Gómez, y el equipo de investigación del Observatorio de Construcción de Paz de la Universidad expusieron las conclusiones de una investigación que buscaba identificar metodologías y ámbitos de intervención para las políticas públicas de paz en Colombia, así como los espacios de incidencia para la Iglesia católica en estos campos.
A grandes rasgos, la consultoría partió de la consideración de que la Iglesia católica en Colombia puede desempeñar un papel activo en las diferentes fases que componen el proceso de realización de la política pública. Ciertamente, la Iglesia se ha consolidado como un actor social relevante en la comprensión de las causas, el desarrollo, los impactos y la solución negociada del conflicto armado interno. En las últimas décadas ha generado explicaciones y procesos propios de acercamiento a la confrontación y sus actores, promoviendo estrategias de paz en distintas instancias políticas y sociales y espacios rurales y urbanos. En ese marco, la búsqueda de una mayor incidencia en la formulación de una política pública de paz y la articulación de su trabajo con iniciativas estatales debe convertirse en el paso a seguir de la institución eclesiástica.
La consultoría partió de dos grandes conceptualizaciones sobre la construcción de paz y las políticas públicas. La primera se entendió como el conjunto de iniciativas, esfuerzos y procesos que a largo plazo buscan la construcción de sociedades y comunidades pacíficas y estables, abordando las causas estructurales de los conflictos violentos. En esta perspectiva la construcción de paz está ligada al desarrollo y al abordaje de las causas estructurales de las confrontaciones violentas, buscando generar bases sólidas para la paz y prevenir el retorno a la violencia.
Las políticas públicas, por su parte, se definieron como “decisiones tomadas por las autoridades oficiales competentes, así como las consecuentes acciones emprendidas, para solucionar o mitigar problemas que afectan a la sociedad, distribuir bienes y servicios y salvaguardar los bienes de interés público y los derechos sociales.” En esta perspectiva, la política pública no se limita al momento técnico de la toma de decisión por parte del Estado. Tampoco es reductible a la ley, que no es más que el mecanismo a través del cual la decisión previamente tomada se formaliza jurídicamente. La política pública es un proceso político en el cual se definen las situaciones problemáticas, los medios y acciones para enfrentarlas y se producen resultados a través de esas decisiones y acciones.
Con base en lo anterior, la consultoría formuló tres grandes postulados sobre los cuales deben orientarse las acciones de la Iglesia en las políticas públicas de construcción de paz:
En el marco de la XC Asamblea Plenaria del Episcopado de Colombia, el pasado 8 de febrero la Facultad de Relaciones Internacionales y Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano presentó los resultados de la consultoría “Propuesta de lineamientos de políticas públicas en construcción de paz desde una perspectiva eclesial”, realizada para el Secretariado Nacional de Pastoral Social -SNPS.
Ante un auditorio compuesto por cerca de noventa obispos y arzobispos de Colombia, entre quienes se encontraban Mons. Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, el Señor Cardenal Pedro Rubiano Sáenz y Mons. Fabio Henao, director del SNPS, el decano de la Facultad, Carlos Andrés Gómez, y el equipo de investigación del Observatorio de Construcción de Paz de la Universidad expusieron las conclusiones de una investigación que buscaba identificar metodologías y ámbitos de intervención para las políticas públicas de paz en Colombia, así como los espacios de incidencia para la Iglesia católica en estos campos.
A grandes rasgos, la consultoría partió de la consideración de que la Iglesia católica en Colombia puede desempeñar un papel activo en las diferentes fases que componen el proceso de realización de la política pública. Ciertamente, la Iglesia se ha consolidado como un actor social relevante en la comprensión de las causas, el desarrollo, los impactos y la solución negociada del conflicto armado interno. En las últimas décadas ha generado explicaciones y procesos propios de acercamiento a la confrontación y sus actores, promoviendo estrategias de paz en distintas instancias políticas y sociales y espacios rurales y urbanos. En ese marco, la búsqueda de una mayor incidencia en la formulación de una política pública de paz y la articulación de su trabajo con iniciativas estatales debe convertirse en el paso a seguir de la institución eclesiástica.
La consultoría partió de dos grandes conceptualizaciones sobre la construcción de paz y las políticas públicas. La primera se entendió como el conjunto de iniciativas, esfuerzos y procesos que a largo plazo buscan la construcción de sociedades y comunidades pacíficas y estables, abordando las causas estructurales de los conflictos violentos. En esta perspectiva la construcción de paz está ligada al desarrollo y al abordaje de las causas estructurales de las confrontaciones violentas, buscando generar bases sólidas para la paz y prevenir el retorno a la violencia.
Las políticas públicas, por su parte, se definieron como “decisiones tomadas por las autoridades oficiales competentes, así como las consecuentes acciones emprendidas, para solucionar o mitigar problemas que afectan a la sociedad, distribuir bienes y servicios y salvaguardar los bienes de interés público y los derechos sociales.” En esta perspectiva, la política pública no se limita al momento técnico de la toma de decisión por parte del Estado. Tampoco es reductible a la ley, que no es más que el mecanismo a través del cual la decisión previamente tomada se formaliza jurídicamente. La política pública es un proceso político en el cual se definen las situaciones problemáticas, los medios y acciones para enfrentarlas y se producen resultados a través de esas decisiones y acciones.
Con base en lo anterior, la consultoría formuló tres grandes postulados sobre los cuales deben orientarse las acciones de la Iglesia en las políticas públicas de construcción de paz:
1. No es posible hablar de una política pública en construcción de paz, sino de una agenda de políticas públicas.
2. Las políticas públicas son potestad estatal, pero pueden ser influidas por actores de la sociedad civil competentes y/o susceptibles de ser objeto de su implementación. Uno de esos actores debe ser la Iglesia católica.
3. La acción de la Iglesia debe evitar dos condiciones: sustituir al Estado y generar dependencia en las poblaciones.
2. Las políticas públicas son potestad estatal, pero pueden ser influidas por actores de la sociedad civil competentes y/o susceptibles de ser objeto de su implementación. Uno de esos actores debe ser la Iglesia católica.
3. La acción de la Iglesia debe evitar dos condiciones: sustituir al Estado y generar dependencia en las poblaciones.
Efectivamente, la construcción de paz debe responder a múltiples manifestaciones de la violencia (delincuencia común, la violencia subversiva, el narcotráfico, la violencia por abuso del poder oficial, la corrupción del sistema administrativo y la violencia intrafamiliar y social), sus constantes manifestaciones y la complejidad de su tratamiento. De ese modo, la amplitud de su definición y de los procesos, actores y situaciones que comprende exige actuar en varios campos, sectores y territorios, a través de una multiplicidad de políticas públicas y con el involucramiento y articulación de muchos actores. La construcción de paz, en esta perspectiva, se relaciona con elementos como la atención y el acompañamiento a las víctimas de la violencia, el desarrollo y la recuperación socio-económica, la seguridad, la justicia y el Estado de Derecho, la resolución de conflictos, la formación política, la educación y la promoción de la cultura de paz y convivencia.
Ahora bien, al hablar de políticas públicas es claro que el principal actor impulsor y ejecutor de estas acciones debe ser el Estado –central, departamental o local-. Sin embargo, esto no implica que otros actores no puedan desempeñar también un rol relevante en la agenda de formulación, implementación, ejecución o evaluación; toda vez que es posible que dichos actores conozcan ciertas realidades de cerca, hayan tenido mayor aproximación que las entidades estatales a problemáticas y formas de intervención en los ámbitos y poblaciones objeto de la política. Si bien el Estado es el actor principal de la política pública, diversas instancias no estatales (organizaciones sociales, iniciativas ciudadanas, academia y las instancias religiosas) pueden involucrarse como promotores, e incluso ejecutores, de éstas.
Sin embargo, es preciso tener claro que la acción de la Iglesia y otros actores de la sociedad civil no puede sustituir las funciones y responsabilidades que le caben ciertas organizaciones estatales en el tema, y en consecuencia, debe aportar bases sólidas para el fortalecimiento de la institucionalidad. De manera complementaria, esta participación debe ser abierta y pensada para la sostenibilidad de los procesos de construcción de paz emprendidos por las comunidades y poblaciones a las que van dirigidas las políticas, pues un objetivo subsidiario es hacer a estos grupos capaces de participar autónomamente en los ciclos de las políticas, evitar la dependencia de la acción eclesiástica y promover sus propias formas de intervención.
Otro punto importante de la consultoría fue la formulación de una serie de recomendaciones para fortalecer el trabajo y la incidencia de la Iglesia católica en procesos de construcción de paz en Colombia. A partir de las percepciones recogidas de los representantes de las regionales pastorales en las cuatro zonas en las que se concentró la consultoría (Antioquia-Chocó, Suroriente, Suroccidente y Metropolitana), reflexiones sobre la dinámica de trabajo de pastoral presentadas en espacios como foros y encuentros y algunos elementos recogidos de publicaciones y entrevistas con representantes de la Iglesia, las recomendaciones están concentradas en tres grandes categorías del quehacer de la Iglesia en cuanto a la paz: disposiciones internas de la Iglesia; iniciativas y concepciones eclesiásticas sobre la paz e Iglesia y políticas públicas de paz. Cada una de estas categorías reúne una serie de estrategias concretas para contribuir a hacer más eficiente y contundente la labor de la Iglesia en los procesos de construcción de paz en Colombia.
Sin embargo, es preciso tener claro que la acción de la Iglesia y otros actores de la sociedad civil no puede sustituir las funciones y responsabilidades que le caben ciertas organizaciones estatales en el tema, y en consecuencia, debe aportar bases sólidas para el fortalecimiento de la institucionalidad. De manera complementaria, esta participación debe ser abierta y pensada para la sostenibilidad de los procesos de construcción de paz emprendidos por las comunidades y poblaciones a las que van dirigidas las políticas, pues un objetivo subsidiario es hacer a estos grupos capaces de participar autónomamente en los ciclos de las políticas, evitar la dependencia de la acción eclesiástica y promover sus propias formas de intervención.
Otro punto importante de la consultoría fue la formulación de una serie de recomendaciones para fortalecer el trabajo y la incidencia de la Iglesia católica en procesos de construcción de paz en Colombia. A partir de las percepciones recogidas de los representantes de las regionales pastorales en las cuatro zonas en las que se concentró la consultoría (Antioquia-Chocó, Suroriente, Suroccidente y Metropolitana), reflexiones sobre la dinámica de trabajo de pastoral presentadas en espacios como foros y encuentros y algunos elementos recogidos de publicaciones y entrevistas con representantes de la Iglesia, las recomendaciones están concentradas en tres grandes categorías del quehacer de la Iglesia en cuanto a la paz: disposiciones internas de la Iglesia; iniciativas y concepciones eclesiásticas sobre la paz e Iglesia y políticas públicas de paz. Cada una de estas categorías reúne una serie de estrategias concretas para contribuir a hacer más eficiente y contundente la labor de la Iglesia en los procesos de construcción de paz en Colombia.