En esta ocasión, el docente tadeísta, Jhon Jairo Gil Toledo; el especialista en Gerencia y Administrador de empresas, Edgar José Cuello; el Ingeniero Agroindustrial, especialista en Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Jorge Johan Olave; con la moderación del docente tadeísta, Celso Miguel Melo, nos acompañarán en esta charla denominada: Empresa y colaborador, la clave para la recuperación resiliente del aparato productivo regional. ¡No te la pierdas!
Antes de la crisis sanitaria derivada del Covid-19, el aparato productivo regional presentaba una gran diversidad estructural que condicionaba de manera importante las alternativas de crecimiento y expansión de la economía, en el contexto productivo, la crisis propone la premura de reducir el deterioro de las competencias, sin dejar de lado la obligación de incrementar de forma permanente el rendimiento empresarial, crear conexiones provechosas y multiplicar la enseñanza y la creación y expansión de cambios novedosos con equilibrio social y comunitario.
En consecuencia, es necesaria la implementación de políticas que permitan rectificar la configuración productiva empresarial regional, esto es, estructuras de estímulos distintos a los actuales, con el fin de que las empresas, en asocio con el Estado, ejecuten las inversiones requeridas para modificar la configuración económica, asegurar la continuidad de una evolución permanente y constante de progresión y sortear regresiones sociales y económicas.
"No se puede dejar de lado la importancia de las personas para el logro de los propósitos estratégicos de la recuperación empresarial, por lo que están en la obligación de dar respuesta a los requerimientos y necesidades de sus colaboradores, en tiempos del Covid-19; dicha situación deberá darse primeramente en las actividades comerciales, de venta y despacho de productos, y en la consolidación de las relaciones con los abastecedores de materias primas e insumos. Igualmente, las organizaciones deberán involucrar habilidades en la adquisición y transformación de importantes cantidades de macrodatos (big data) que les permitirán consolidar sus procesos decisionales; finalmente, es entendible la vinculación de mecanismos de interconexión digital en los procesos de transformación productiva, así como un incremento en el uso de la inteligencia artificial con el fin de acrecentar la efectividad, teniendo en consideración que los requerimientos en materia de salubridad conducen al uso de un menor número de colaboradores en ciertas etapas de los procesos de producción" explica el docente Jhon Jairo Gil.
Se parte de la base de que una sociedad resiliente debe garantizar la existencia de las competencias para enfrentar eventos adversos y aprovechar las oportunidades de futuro, mediante estrategias como la conversión digital y ecoambiental. Para la primera dimensión, las empresas deben garantizar en sus colaboradores, la adquisición y fortalecimiento de habilidades digitales y asegurar su inserción, con el fin de que todos los empleados utilicen las tecnologías digitales con independencia y aptitud.
En materia ecoambiental, el aparato productivo regional debe prever intervenciones para la capacitación en entornos sostenibles, energías renovables y el cuidado del medio ambiente, el camino es aproximarse hacia un escenario laboral vigoroso, resiliente y participativo, mediante transformaciones que optimicen los regímenes de empleabilidad, los tratados colectivos y la consolidación del reskilling y upskilling de los colaboradores.