El amor por la ciencia y la investigación es un aspecto de la personalidad que a muy corta edad comienza a cultivarse, como los cultivos hidropónicos que Yineth Piñeros y su hermana gemela cuidaban apasionadamente en la terraza del Colegio Valle de Tenza, ubicado en Guateque (Boyacá), su tierra natal. La experimentación con pepinos, zanahorias y papas, haciendo uso de distintos sustratos, entre ellos, arena, carbón y ladrillo, se convirtió en el proyecto más atractivo que se realizaba en la feria anual de la Escuela: “los fines de semana por la mañana y por la noche íbamos a regar el cultivo. Subíamos los baldes hasta un quinto piso porque yo estaba muy emocionada con el asunto. Aunque no éramos muy conscientes de ello, nosotras hacíamos investigación formal”, menciona Yineth.
Era el año de 1987 y para ese entonces la Escuela no contaba con las herramientas ni con los recursos suficientes para llevar a cabo actividades de investigación. Sin embargo, Yineth continuaba con el deseo de conocer mucho más del fascinante mundo de la ciencia. Es así como con tan solo 11 años de edad creó el periódico “La Tribuna Científica”, un medio de comunicación estudiantil que semanalmente publicaba las noticias más relevantes en materia de ciencia, a través de un mural. Como la investigadora tadeísta lo recuerda, cada seis meses entregaba 200 ejemplares del periódico impreso a través de la técnica del linotipo artesanal, un proceso mediante el cual Yineth utilizaba una máquina de escribir para fijar cada uno de los caracteres en una hoja de papel fina, que luego era colocada en un rodillo de metal impregnado de tinta para su reproducción.
Sin embargo, ese amor por la ciencia fue impulsado por Rafael Silva, su profesor de las asignaturas de Física y Química; gracias a él, emprendió uno de sus mayores retos: participar en las olimpiadas de Biología en Boyacá. Allí se ubicó entre los 12 primeros lugares de la competencia académica.
Persiguiendo las huellas de su destino como científica, años más tarde se presentó a la Universidad Nacional para el programa de Ingeniería Química. Yineth señala que durante los primeros semestres tuvo una crisis vocacional, dado que su interés real se centraba en lo biológico. Sin embargo, fue en séptimo semestre, por intermedio de una conferencia sobre cultivo de células vegetales, cuando encontró el diálogo entre las dos ramas del saber. En esta nueva etapa, el profesor Mario Velásquez se convirtió en guía y apoyo hacia lo que sería su faceta como investigadora independiente y en la realización de su maestría.
En 2007, Yineth se vinculó a Utadeo como profesora de hora cátedra de la Facultad de Ciencias Naturales e Ingeniería e investigadora de la Dirección de Investigación, Creación y Extensión. Gracias a su empeño, logró la aprobación de un proyecto de investigación, el cual le abriría las puertas para convertirse en profesora de planta. Para ese mismo año, Piñeros se presentó al doctorado en Ingeniería. Pese a los obstáculos de tiempo y dinero, la científica mostró su faceta de mujer perseverante y continuó con sus estudios, los cuales dieron como fruto una tesis de grado sobre el aprovechamiento de residuos de palma de aceite para la producción de azúcares, un logro en materia agroindustrial y científica, dado que la propuesta de Piñeros supone la utilización de los desechos de biomasa para la producción de etanol, derivados del petróleo y productos cuyo valor agregado sea el respeto al medio ambiente.
El trabajo de investigación para optar al título de Doctora le valió uno de los logros más destacados en su carrera como investigadora, que fue obtener el Premio Nacional Mujeres en la Ciencia, otorgado por L´Oreal y Unesco en la versión de 2010. Este galardón se concede anualmente a dos investigadoras en el país. Pero este no ha sido el único reconocimiento obtenido por la ingeniera química, dado que a principios de este año hizo parte del proyecto “Mariposas de la Libertad”, un libro compilatorio de las mujeres constructoras de paz en Colombia, quienes fueron seleccionadas por el Ministerio de la Presidencia de la República y la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer.
Para esta investigadora, quien también es evaluadora de proyectos de Colciencias, Utadeo ha sido un apoyo constante en la exploración del mundo de la ciencia. Desde que ingresó a la Institución ha dirigido cuatro proyectos de investigación financiados por la Universidad, ha logrado el apoyo económico de importantes entidades estatales, entre ellas el Ministerio de Agricultura, y junto con Edgar Vargas, gestionó el registro calificado del programa de Ingeniería Química: “la academia tiene que ser muy consciente de los cambios que sucederán en el futuro. Si ocurre el proceso de paz, la agroindustria es lo que realmente nos va hacer evolucionar, porque allí hay un potencial enorme”, sostiene la científica boyacense.
Para Yineth, cada día es un reto que debe asumirse con perseverancia, mucho juicio, pero ante todo con pasión y deseo por lo que se hace. Es por ello, que desde el laboratorio, incentiva a sus alumnos a amar la investigación. Para María Camila Molina, una de sus estudiantes en el Laboratorio de Bioprocesos “ella ha sido una de las grandes influencias para poder lograr terminar mi carrera”; mientras que para Lorena Sánchez, estudiante de Ingeniería Química, Yineth es una mujer emprendedora y una excelente profesional que se preocupa por aportar un granito de arena para mejorar el país.
Es por ello que, como una manera de articular a la academia con el sector productivo, este año Piñeros presentó el proyecto de investigación sobre biomasa a Colciencias. Asimismo, empresas como Arroz Roa, con la investigación sobre el uso de la cascarilla de arroz, se encuentran interesadas en hacer parte de los proyectos de esta destacada científica tadeísta.
Pero uno de los proyectos más ambiciosos que tiene Yineth es la utilización de micro algas para la producción de sustancias con valor agregado, el cual viene desarrollando con el Fondo de Regalías del Departamento de La Guajira: “lo que queremos es cultivar algas en el laboratorio y luego irnos hasta un piloto de cien mil litros de agua que pueda ser instalado en La Guajira y demostrarle a esa comunidad que el cultivo de micro algas y una empresa de base biotecnológica son una alternativa real para esa comunidad, teniendo en cuenta las condiciones de suelo no fértil”, sostiene la académica.
Para Piñeros aún queda mucho camino por recorrer, pues aún tiene el reto de combinar el campo de la investigación y la docencia con el del emprendimiento en el agro, una de sus pasiones académicas más grandes. Yineth es una fiel muestra de que el esfuerzo y el sacrificio forman a los grandes líderes y que siempre es posible luchar por lo que se anhela desde la juventud.