No queda tiempo para la firma de la paz con el Eln: Rosanía | El Nuevo Siglo
EL PERIODISTA especializado en conflictos revisó el panorama nacional en torno a los procesos de paz del Gobierno Petro. /Universidad Jorge Tadeo Lozano
Lunes, 27 de Enero de 2025
Redacción Política

EL NUEVO SIGLO: ¿Qué tan afectados se ven los procesos del gobierno Petro ante la reciente crisis del Catatumbo?

NÉSTOR ROSANÍA: Lo primero es decir que el modelo de negociación de paz total tiene dos ejes, uno que es negociación política que era con el Eln y otro sometimiento a la justicia que era con el resto de grupos; entonces, en las dos áreas hay crisis. Por un lado, porque los que van por sometimiento a la justicia desde el inicio no han querido estar en esa categoría y se quieren pasar al lado de los beneficios políticos, ejemplo el Clan del Golfo, y han ido lentamente saliéndose de los ceses al fuego, la negociación no avanza y hasta el abogado del Clan del Golfo terminó diciendo que, si no les daban un estatus político, pues ellos no iban a parar y que el conflicto iba a continuar.

No todos los grupos son iguales, entonces por un lado el Eln tiene negociación política y que intenta ganar los beneficios de las Farc y muchos más, mientras que los de sometimiento a la justicia no quieren estar en esa categoría y quieren es ganarse los beneficios jurídicos que se ganan los del estatus político.

ENS: Con la crisis actual en el Catatumbo, ¿podríamos dar por sentado que con este grupo armado ya no hay vistas de paz al menos mientras siga Petro como presidente?

NR: No, por sentado no hay nada, todo puede cambiar muy rápido. Pero lo que sí podemos decir son dos cosas: lo primero es que el proceso afronta su mayor crisis desde que comenzó el gobierno Petro; lo segundo, es que negociar con el Eln ha sido supremamente difícil y ya Otty Patiño les decía que el Eln tenía que pensar que no solo era negociar, sino implementar y que solo tenía el margen del gobierno Petro para hacer las dos, porque si en Colombia llega un gobierno de derecha, igual que pasó con el gobierno de Santos y Duque, pues no les va a implementar nada así hayan negociado todo.

Entonces a hoy, con los tiempos de hoy, el Eln ya no se ve en la implementación y ya no se daría por más que firmaran la paz y la firma de un acuerdo también se ve muy bloqueada.

Lo que se dice de lado y lado es que en el tiempo que quedara si se reanudaran los diálogos sería para avanzar en la agenda, más no para llegar ya a una firma y ya imposible por temas de tiempo llegar a una implementación. En este sentido, el Eln va a decirte que perdió su oportunidad histórica porque siempre dijo que con los gobiernos de derecha no avanzaban las negociaciones, pero tuvo un gobierno de izquierda y tampoco le funcionó.

ENS: Toda esta crisis que se ha presentado, ¿podría repercutir en un daño colateral a otros procesos como Clan del Golfo, las disidencias de las Farc o la Segunda Marquetalia?

NR: En términos de antecedentes si dice el Eln que a las Farc no le implementaron lo acordado y que la implementación de los acuerdos, a hoy, ha fracasado. Hay una frase que dice que “el Estado colombiano es muy bueno para negociar, pero muy malo para implementar”, y más bien las lecciones aprendidas, que es el mantra que tiene hoy el Eln, es que ellos no van a soltar las armas porque vean lo que le hicieron a las Farc. Una mala implementación de los acuerdos de 2016 refuerza el discurso de guerra.

Ahora, no solo es que el Eln se le desbarata el proceso de paz con el gobierno, sino que la falta de implementación de acuerdos, eso sí se ha convertido en un argumento para todos los grupos, tanto de acogimiento como de proceso de paz, de que el Estado no cumple, y ya el Estado en su conjunto, no el gobierno de turno, sino el Estado como institución, y que deja los proyectos tirados y eso no genera confianza para una negociación.

ENS: ¿Esto qué podría representar justamente para esos acuerdos firmados en 2016 para aquellos que están sometidos a la justicia?

NR: Si ya hay más de 150 firmantes de paz asesinados es que falló el mecanismo, porque en su momento decían que uno de sus temores era la seguridad jurídica y la seguridad física. En cuanto a la seguridad jurídica digamos que se ha respetado el proceso bajo la lógica de la JEP que ha adelantado los procesos, pero la seguridad física si el Estado ha fallado y el tema de la violencia de los firmantes y las Farc en su momento hoy discurso que repite el Eln y otros grupos es que no tienen garantías de seguridad desde la época de la UP, que las exterminaron, y las exterminó el mismo Estado.

Es como un círculo vicioso donde la institucionalidad del Estado, agentes del Estado, de la Fuerza Pública, etcétera, han estado vinculados con temas de persecución a los firmantes entonces ese pasado de la UP casi que tiene un espejo donde dicen ya han matado 150 y el Eln dice “por eso es que yo no firmo, no hay garantías y los demás grupos también no acogen”.

Algunos excombatientes si lo han dicho públicamente que se vieron amenazados, que vieron que el Estado no les cumplía y que la forma de asegurarse era ingresando nuevamente a una disidencia. Estadísticamente no está comprobado, pero en términos de declaraciones y de voz a voz, pues se dice que puede ser una de las variables.

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ENS: ¿Qué queda entonces para el gobierno Petro y para el país en relación a la posible salida del conflicto por las vías de la paz?

NR: Es evidente que si el Eln, en caso hipotético, llegara a un acuerdo, pues existirían disidencias de todos esos frentes de guerra del Eln. Colombia vive lo que se llama conflictos de alta fragmentación. Quiero decir, que hay una diáspora y una descentralización de grupos, y ese es el peor escenario posible en una guerra interna porque ya no hay con quien sentarse a negociar, ya son demasiados grupos cada uno va por su lado.

Lo segundo, es que Colombia está en una transformación de su conflicto. Estamos dejando atrás como conflictos que se llamaban ideológico-políticos, que eran izquierdas armadas en versión guerrillas, contra derechas armadas versión paramilitar.

Ahora los nuevos conflictos son los que se llaman conflictos por portafolios de economía ilegal. Quiere decir que ninguno de estos grupos tiene un discurso ideológico de la toma del poder por la vida las armas como decían en su época las Farc y hoy el único que termina diciendo, y que ya pues es evidente, ninguna de todas esas disidencias piensa en que van a ser van a derrocar al gobierno y van a tomar el poder y que quieren un proyecto político.

Lo que uno ve ahí es que la nueva conflictividad en el país es por todos los negocios ilegales que hay y que ya la cocaína no es el único, sino que está la minería, el tráfico ilegal de combustibles, de maderas. Hay muchos negocios y que estos grupos de peleas son esos corredores donde están todos los negocios.

En un momento decían que con matar a Pablo Escobar se acabó el problema. Pues se murió y el narcotráfico no se disminuyó, sino que se triplicó porque se descentralizó. Se dijo que si se mataba a ‘tirofijo’ se acababa la guerra y ya se acababa el problema, pues estamos en las disidencias. Siempre se piensa que si se acaba una cosa de raíz ya se acabaron todos los problemas y llegamos como la utopía de un país en paz, pero casi que uno termina viendo ya muy estructuralmente el conflicto como con mucha distancia es que en Colombia hay una cultura de la ilegalidad que hace que no importe el capo ni el negocio.