"Cuando me siento inspirado y con fuerzas para encontrar mi propio sonido, necesito un piano Pleyel”, escribió Frederic Chopin, alabando la fábrica de pianos del compositor austriaco Ignaz Pleyel. Esta fábrica fue noticia en diciembre del año pasado pero por su cierre después de 207 años de historia. El ritmo frenético y la producción de pianos en serie de los chinos y los coreanos, acabaron con este símbolo de París. Cinco mil piezas tiene cada piano Pleyel, construido de manera laboriosa por orfebres, pero la producción pasó de 200 pianos al año a comienzos del 2000, a sólo 20 en 2013. Pleyel fue alumno de Joseph Haydn y de Johann Baptist Vanhal y fue nombrado maestro de capilla en la catedral de Estrasburgo. A partir de 1795 vivió en París y abrió su primera tienda de música y una casa de ediciones musicales. En su deseo de adaptar los instrumentos a las cada vez mayores exigencias de compositores e intérpretes concibió un piano moderno en 1802 y registró la patente en 1807.

EL MÚSICO DE LA SEMANA, Lunes a viernes, 2:00 p.m.