Omar Adalberto Quiñones es oriundo de Magüí Payán (Nariño), es un hombre joven, sonriente y con una pasión que contagia. De profesión es cineasta. En el arte encontró la herramienta perfecta para contar las realidades de su pueblo y de quienes lo rodean. Cuando recibió su grado de profesional presentó un documental que se titula “Nazareno: El Milagroso de Payán”, en honor a un santo que veneran en su comunidad.
Este trabajo fue un descubrir de cómo con su profesión podía conectar con las personas que lo rodeaban y de alguna forma impactar en sus vidas. “Siempre me he dado la pela para visibilizar mi territorio y generar un cambio. Y ahora aún más cuando, después de un trabajo intenso, recibo mi título en Gestión y Producción Cultural y Audiovisual” dice.
Quiñones hace parte de ese grupo de 35 personas que participaron en la convocatoria liderada entre Utadeo y la Corporación Manos Visibles para formar a gestores culturales y comunitarios que contribuyan en esa transformación del Pacífico colombiano, que hoy tristemente, está viendo el recrudecimiento de la violencia y el reclutamiento forzado.
Las noticias no han sido alentadoras y lo que se evidencia es un escenario de dolor. Esta semana, por ejemplo, fueron asesinadas tres personas en el centro de Quibdó (Chocó), que registra más de 70 muertos en lo que va del año.
La sensación es de estar al borde de un abismo y perder la esperanza. Sin embargo, “necesitamos no perder el horizonte ni los sueños. Esta cohorte que se acaba de graduar es histórica y será ese muro de contención para salir de ese abismo. Los necesitamos de manera urgente para transformar este país, generar narrativas de futuro e ir sumando microcambios”, indicó Paula Marcela Moreno, exministra de Cultura y presidente de la Corporación Manos Visibles.
Un llamado de urgencia y la responsabilidad de ser coautores de un mejor futuro en el que se pueda vivir lejos de la guerra y con igualdad de oportunidades. El arte en esta construcción actúa como una herramienta de reconciliación, expresión y cuidado. “Como se ha intensificado el reclutamiento en el departamento hemos evidenciado que los jóvenes buscan un refugio en el teatro y la música. Además, que podemos denunciar irregularidades”, añade Ana María Arango Melo otra de las graduandas de Potencia Pacífico.
Arango obtuvo distinción de tesis meritoria por su investigación “La Tambora Mágica”, una apuesta política que busca re-evolucionar la Vida Cultural en los Territorios, fortaleciendo los liderazgos y las agendas para hacer del arte y el patrimonio, entornos de cuidado, protección y transformación para niñas, niños, adolescentes y jóvenes.
Los 35 graduados en la maestría en Gestión y Producción Cultural y Audiovisual tienen el compromiso de generar proyectos culturales que aporten a sus territorios. Eso ya está sucediendo, hasta el momento el banco de proyectos ha jalonado más de 1.300 millones de pesos que con el tiempo se irán multiplicando y se verán reflejados en las décadas posteriores en términos de recursos, agenda pública y emprendimientos.
Seguramente también esta cohorte de graduados tendrá la posibilidad de acceder a posiciones de poder para incidir en la toma de decisiones y poner en práctica los conocimientos adquiridos y poder inspirar a más personas a cumplir sus sueños y trabajar por las comunidades.
“Me dirijo en especial a la juventud para decirles que yo soy un joven que nació sin muchas posibilidades, como muchos en la región. No tenía la fortuna de caminar con unos zapatos, hoy la tengo. Mis padres a duras penas podían resolver el diario con un grano de oro que defendían en la minería tradicional, eso significaban 2.000 pesos que alcanzaba para la libra de arroz y unos cuantos huevos. Yo hoy estoy aquí en fe de que se puede y lo que les quiero decir es que luchen por sus sueños, porque si lo quieren lo pueden lograr”, concluye Omar Adalberto Quiñones, maestro en Gestión y Producción Cultural y Audiovisual que tiene claro que el camino acá no termina, sino que tiene todo un terreno por conquistar a través del arte.