Uno de grandes problemas de la academia es que parte del conocimiento que allí se produce pasa a engrosar los interminables listados de publicaciones. Sin embargo, generar investigaciones de alto impacto, que contribuyan a mejorar la vida de las personas o a optimizar los procesos en las empresas, es el reto que los investigadores de hoy deben asumir.
Conscientes de ello, la Dirección de Investigación, Creación y Extensión (DICE), organizó del 25 al 28 de septiembre el taller de comercialización de tecnología, con la participación de 21 investigadores tadeístas, quienes fueron asesorados por los expertos mexicanos Carlos Roos, director del Center for Global Innovation and Entrepreneurship de la Universidad de Texas en Monterrey, y Carlos Scheel, profesor emérito del Tecnológico de Monterrey.
Carlos Roos y Carlos Scheel, conferencistas centrales del taller
Durante cuatro días, nuestros investigadores aprendieron a evaluar sus tecnologías, al tiempo que redescubrieron lo que estas pueden hacer y los beneficios que pueden llegar a tener en las poblaciones a impactar, contemplando así su viabilidad y valor agregado para el mercado: “Nos hemos enfocado en seis tecnologías y estas se encuentran en diferentes etapas de desarrollo y crecimiento para poder comercializarse, y mientras lo hacemos, los investigadores están descubriendo las potencialidades de sus descubrimientos”, comenta Roos.
Las seis tecnologías participantes presentaron su modelo de negocio en un formato tipo canvas
Un controlador biológico basado en pupas de avispas que contribuye a erradicar la plaga de la mosca blanca en cultivos de tomate, tecnologías que aportan a la conservación de los arrecifes de coral, sistemas que reducen costos de producción de dispositivos de realidad aumentada, y un simulador de angioplastia para facultades de medicina que minimiza el impacto en pacientes reales que se someten a procedimientos de diagnóstico en sus arterias, fueron algunas de las tecnologías participantes en este taller, con miras a su fortalecimiento como emprendimiento de base tecnológica, de cara a la participación que tendrán el próximo 18 y 19 de octubre en la rueda de negocios del Open Innovation Summit (Utadeo estará presente en la feria de innovación abierta más grande del país).
En total, 21 investigadores tadeístas participaron durante los cuatro días.
En el taller, los expertos mexicanos insistieron que, a través de la comercialización de la tecnología, esta se transfiere a la sociedad usando mecanismos como el emprendimiento o la adquisición de estos descubrimientos por parte de grandes empresas, quienes compran las tecnologías y las llevan al mercado, mediante la compra o el licenciamiento por parte del Centro de Investigación o la Universidad.
Sin embargo, concuerdan en que en Latinoamérica la noción de la transferencia tecnológico es un terreno que todavía se está explorando: “estamos descubriendo el valor que tiene la tecnología. Hemos descubierto que en las universidades y los centros de investigación hay muy buena tecnología y está a la par con otras regiones. Lo que falta es un despertar en torno a qué vamos a hacer con lo que estamos desarrollando. Podemos desarrollar tecnologías adecuadas para nuestro mercado y sociedad, y mucho mejor que lo que se ha hecho en otros países”, resalta Roos.
"Utadeo ha evolucionado en materia de transferencia tecnológica": Carlos Scheel
Por su parte, Carlos Scheel insiste en que el investigador debe pensar en desarrollar investigaciones con impacto y no solo para publicar. Es por ello que debe estructurar proyectos originales, de importancia para el país y que cuenten con sustento teórico y práctico adecuado.
El profesor emérito de la Universidad de Monterrey ha seguido de cerca el proceso evolutivo que ha vivido Utadeo en torno al desarrollo de investigación con impacto social. Para él, en los últimos tres años, las propuestas de base tecnológica de la Universidad la han hecho competitiva a nivel nacional e internacional, muestra de ello son los resultados obtenidos en la medición preliminar de Grupos de Investigación de Colciencias.
En todo caso, Scheel insiste en que al país le hace falta una mayor cultura de integración de los saberes, así como mayor seguridad en las ideas que se tienen, pues ahora, más que nunca, no se puede vivir la investigación en ‘islas’: “los investigadores siguen siendo prevenidos con sus ideas al momento de darlas a conocer”, destaca el mexicano.
