Según estadísticas del Ministerio de Educación Nacional, para el 2018 se registró un total de 386.042 estudiantes que se forman mediante la modalidad virtual. De igual forma, para esa fecha, se estima que noventa Instituciones de Educación Superior (IES) contaban con este tipo de oferta académica, lo que, sin duda, lleva a pensar acerca de la importancia que están tomando las tecnologías en la formación de las nuevas generaciones de profesionales colombianos, a tal punto que muchos hablan de la educación virtual como el paradigma que se impondrá en el futuro.
Sin embargo, son muchos los desafíos que impone la virtualidad tanto para profesores, estudiantes, directivos y autoridades educativas a nivel nacional. Una de ellas tiene que ver con la deserción estudiantil que, de acuerdo con cifras de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, podría llegar al 30%. Un segundo dilema al que se enfrenta el profesor es poder hacer seguimiento y brindar atención personalizada a sus estudiantes, tal como se hace en la presencialidad.
En un trabajo conjunto entre academia, Estado y el sector empresarial, en lo que se denomina como la Triple Hélice, Utadeo, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) y la compañía tecnológica Queos S.A.S, mediante la financiación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, desarrollan un prototipo de herramienta basada en técnicas de big data que le permita, a profesores y directivos de las universidades, comprender los diferentes comportamientos de sus estudiantes en la virtualidad, y de esta manera, contribuir a su permanencia en esta modalidad. Aunque el proyecto se ejecuta con el Fondo de Regalías de Antioquia y beneficiaría inicialmente a los habitantes de ese departamento, cuya apuesta es contar con una universidad completamente virtual, la idea es que el producto final pueda ser escalable a todo el país.
De acuerdo con Diego Aranda, investigador principal del proyecto y profesor de la UNAD, esta herramienta se convertiría en un complemento para las diferentes plataformas tecnológicas de educación virtual que existen en el mercado, entre ellas Moodle, Canvas o Blackboard. Dicha solución permitiría que los docentes puedan ver en tiempo real cómo se da la interacción de sus estudiantes en el campus virtual, cómo ha avanzado su participación en el proceso de aprendizaje y las horas y días más recurrentes para conectarse, entre otra gran cantidad de variables, las cuales ayudarían a adoptar estrategias para el desarrollo de actividades sincrónicas, entre ellas las videoconferencias, y así tener un mayor grado de efectividad. Por otro lado, también serviría para generar políticas claras en torno a este tipo de educación.
“Nuestros estudiantes en la virtualidad deben tener un alto compromiso. Deben entender acerca de este aprendizaje autónomo, y en tiempos como este, de la crisis por el coronavirus, las universidades se han tenido que volcar hacia la virtualidad. Por eso, es un momento muy importante para entender que la virtualidad no es nada sencilla, pues no es llevar las clases presenciales a unos módulos y guías”, agrega Aranda.
De esta manera, Darío José Delgado, coinvestigador y profesor de la UNAD, destaca que la herramienta permitirá el análisis masivo de datos que, por ejemplo, tan solo en Moodle, puede llegar a agrupar alrededor de 40 millones de registros sobre diferentes comportamientos del estudiante. “Cada vez que el usuario haga una acción en la plataforma, esta información va a poder analizarse. El profesor podrá entender, si es el caso, si alguna acción hecha por un estudiante afectó a los demás”, agrega Olmer García, coinvestigador y profesor del Departamento de Ingeniería de Utadeo.
Así pues, la clave del éxito de esta herramienta radica en que, más allá de la información evidente que deja el estudiante en los foros y en la entrega de sus tareas, el profesor puede hacer seguimiento a los problemas o barreras de aprendizaje que tiene el estudiante y tomar decisiones rápidas que lo lleven a ofrecer una mejor calidad en la experiencia de enseñanza-aprendizaje.
“Además de tener cobertura, lo más importante de este proyecto es tener un entendimiento profundo del estudiante virtual colombiano que, sociológicamente hablando, tiene comportamientos muy diferentes frente al de otros países. Esta podría ser una herramienta útil para el Ministerio de Educación y otras universidades públicas”, sugiere Delgado.
Por su parte, la integración técnica con las plataformas de aprendizaje es desarrollado por Queos. Inicialmente, según lo explica Mauricio Chavarro, líder de desarrollo del proyecto, la interfaz se está probando con la plataforma Moodle de la UNAD y de Utadeo (Ambiente Virtual de Aprendizaje Tadeísta – AVATA-).
Equipo interinstitucional de investigación de Utadeo, UNAD y Queos
Funcionalmente, la interfaz web toma los registros de la plataforma y garantiza la trazabilidad de cada una de las acciones que realiza el estudiante. La información, de acuerdo con García, es recolectada de forma segura por la interfaz, y es allí donde se segmenta de acuerdo con los perfiles que visualizarán la analítica, entre ellos profesores y tomadores de decisiones, como directores de programa y decanos.
“Poder hacer una alianza entre la academia y el sector empresarial es muy importante, pues permite hacer desarrollos de gran impacto que se pueden potencializar y llevarlos a un despliegue tecnológico. La empresa nos da algunas visiones que no tenemos desde la academia, hacen proyecciones y permite escalar la tecnología. Trabajar con Utadeo nos ha llevado a discusiones académicas muy interesantes. La interacción entre las dos universidades ha sido fluida y pertinente”, puntualiza Aranda.
Equipo interinstitucional de investigación de Utadeo, UNAD y Queos
Por otra parte, el proyecto ha permitido contratar a dos estudiantes de las maestrías en Analítica de Datos y de Modelado y Simulación de Utadeo (Mauricio León y Sergio Morales), así como a una estudiante de Ingeniería de Sistemas de nuestra Universidad (Esther Ochoa), en áreas fundamentales para el proyecto como lo son la visualización de datos y el desarrollo de modelos matemáticos, así como el monitoreo a la calidad de la interfaz web, con el fin de detectar posibles fallos en su funcionamiento.
Olmer García, coinvestigador del proyecto y profesor del Departamento de Ingeniería de Utadeo
“Con la UNAD hemos trabajado en otros proyectos y hay una sinergia muy interesante. Conocemos su ritmo de trabajo y sus plataformas tecnológicas. Con Queos también trabajamos recientemente un proyecto de sistematización de historias clínicas. Así que conocer lo que hacen ambas partes nos ha ayudado a hacer sinergia, empatía, generar conocimiento y hacer todo con profesionalismo”, relata Edgar Ruiz, director de los programas de Ingeniería de Sistemas e Ingeniería en Automatización de Utadeo, sobre lo que ha sido esta experiencia de investigación que finalizará en septiembre de este año. Para esa fecha ya se contará con el prototipo funcional.