Luz Adriana Moreno es una bióloga marina muy particular. A diferencia de sus colegas, sus intereses de investigación no se centran en el estudio de peces, tiburones o comunidades planctónicas, sino que más bien se hallan en la biodiversidad de los ecosistemas continentales, a tal punto que hoy día es una apasionada por el estudio de las plantas de páramo, entre ellas los frailejones, y desde el 2015, es la coeditora, junto con Germán I. Andrade, del informe anual de Biodiversidad que publica el Instituto Humboldt, con el fin de presentar el estado y las tendencias de la biodiversidad continental de Colombia, a los tomadores de decisiones y a la ciudadanía.
Adriana, a muy temprana edad, sabía que su campo de estudio estaría en la Biología, gracias al acervo ganadero de su familia. Recuerda, por ejemplo, pasar muchas de sus vacaciones en las sabanas inundables de la Orinoquía, lugar en el que se interesó por las plantas, gracias a las expediciones botánicas que llevaba a cabo y a los viveros que tenía su familia.
Adriana se considera una amante de las plantas de páramo
Tras su ingreso a Utadeo en el año de 1995, notó que muchos de sus compañeros ya tenían definida una línea de investigación dentro de la carrera, menos ella. Sin embargo, la profesora Amparo Canosa la introdujo por el apasionante mundo del método científico, mientras que el profesor Adolfo Sanjuan incentivó su gusto por la ecología, aspectos que la llevaron a iniciar sus estudios sobre medición de la capacidad bioremediadora de los manglares, así como la caracterización de los macro invertebrados asociados a la Thalassia testudinum o hierba de tortuga, una especie de planta que se caracteriza por formar praderas en los lugares arenosos o fangosos de poca profundidad. Finalmente, su monografía de grado, recuerda, fue sobre la descalcificación de los corales por efecto de la lluvia acida, trabajo que fue dirigido y evaluado por el profesor Luis Ernesto Beltrán.
Su amor por las plantas, pero a la vez por la biodiversidad, la llevaron a trabajar en la actualización de la Estrategia nacional de conservación de plantas del Instituto Humboldt, proyecto que recuerda con cariño, pues recorrió el país en busca de árboles cuyas poblaciones se encuentran en peligro, lo cual le permitió trabajar con diferentes actores que participan en el proceso de conservación en los territorios.
En este mismo aspecto, también estuvo vinculada con el Acueducto de Bogotá, donde tuvo la oportunidad de caracterizar la vegetación disponible en los humedales de la ciudad, y así mismo, trabajó con bancos de semillas desde el Jardín Botánico de Bogotá, mientras que en su paso por la Secretaría Distrital de Ambiente se desempeñó como coordinadora administrativa y técnica del Proyecto de Restauración del Suelo Rural de la capital. De igual modo, con la Fundación Malpelo participó en el levantamiento de indicadores de biodiversidad como aporte al Sistema de Información de Parques Nacionales.
Así luce el Reporte de Biodiversidad 2017
Un retrato a la biodiversidad de nuestro país
A escasos días de haber sido lanzado el Informe de Biodiversidad 2017 del Instituto Humboldt, y con cuatro ediciones en las que ha participado, Adriana reconoce que no ha sido fácil la tarea de ‘traducir’ las investigaciones sobre biodiversidad de cerca de 140 autores procedentes de 60 instituciones participantes, entre ellas entidades adscritas al Sina (Sistema Nacional Ambiental), al sector gobierno, gremios, universidades y centros de investigación. Su mayor reto, hasta el momento, ha sido comprender cuál es el mensaje correcto que se debe transmitir a los tomadores de decisiones: “Cuando uno hace cualquier tipo de investigación todo es importante, pero cuando te enfrentas a un formato como el del Reporte, debes identificar qué es realmente importante y cuál es el mensaje que engancha a la personas. Este es un informe cero endogámico. Es un informe de lo que el país hace. Si bien está a cargo del Instituto, esta es una plataforma para evidenciar lo que otras instituciones están haciendo en pro de la biodiversidad. Así que la convocatoria que se hace para que las investigaciones hagan parte del informe es extensa”, señala la tadeísta.
Las investigaciones se traducen a un lenguaje sencillo y concreto, a partir de las infografías.
Para Adriana, al igual que para el Instituto Humboldt, es claro que la biodiversidad no se limita a las 62.829 especies que habitan nuestro territorio, según el más reciente informe de SIB Colombia, también lo es la multiplicidad de culturas y conocimientos ancestrales que coexisten con la naturaleza, como parte de una relación simbiótica entre naturaleza y desarrollo, aspecto que ha permitido consolidar este informe desde un enfoque interdisciplinar: “Un tomador de decisiones necesita tener información muy precisa y con un muy buen contexto, pues las cifras les permiten tomar decisiones. Y es por eso que se encuentran datos y cifras resaltados”, puntualiza.
De esta manera, este informe se constituye en una apuesta por la apropiación social del conocimiento, que hace conscientes a los colombianos de los recursos naturales que tienen, pero que si no se conservan, también se pueden perder: “Le apostamos a que el libro sea una excusa, un preámbulo. Que se pueda tener acceso al libro en pdf, pero que por medio de los QR o la búsqueda directa se pueda llegar a la ficha, y así acceder a los textos e incluso remitir algunas palabras directamente el glosario”, comenta Adriana sobre el tratamiento multimedia que, desde el Instituto, se le ha brindado al informe, cuyos resultados no solo reposan en un libro físico sino también en una robusta plataforma web que incluye gráficas y mapas interactivos que permiten comparar las diferentes variables de las investigaciones, así como responder nuevas preguntas de investigación, al tiempo que se vive una completa experiencia de inmersión, desde las ilustraciones científicas muy bien elaboradas, el repositorio bibliográfico de fuentes, bancos de audio con los autores de los estudios, videos y hasta impresionantes capturas de sonidos de algunas de las especies animales del país.
Así pues, cada investigación sobre biodiversidad contemplada en el informe se convierte en una atractiva ficha infográfica que en ningún momento pierde la rigurosidad científica del estudio.
En su más reciente edición, el informe entrega, en sus páginas introductorias, las cifras de biodiversidad del SIB continental y SiBM marino, siendo esta asociación entre ambos sistemas su principal novedad. Por su parte, el primer capítulo se enfoca en el estado actual del conocimiento de la biodiversidad, mientras que el segundo aborda las amenazas y factores de transformación de la biodiversidad. En un tercer capítulo se exploran las iniciativas que adelantan la sociedad civil, las instituciones, los investigadores y ciudadanos en general, con el fin de evitar la pérdida de biodiversidad, y por último, en el cuarto capítulo, se indican las oportunidades para el manejo de la biodiversidad a nivel nacional.
Por ahora, Adriana y su equipo en el Instituto Humboldt tienen una meta ambiciosa a corto plazo: convertir el informe en una gran plataforma digital de biodiversidad en el país, aspecto en el que van por muy buen camino.