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Control biológico de la Mosca Blanca: Alternativa para los cultivos orgánicos
Jueves, Enero 19, 2017
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El insecto es considerado una amenaza para el agro colombiano. Utadeo obtuvo registro de Diseño Industrial del contenedor de pupas de avispas que se encargan de erradicarlo naturalmente.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Laura Vega - Oficina de Comunicación

El pasado mes de diciembre, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), mediante la Resolución No. 84100, otorgó el registro de Diseño Industrial al contenedor de pupas o huevos de las avispas Encarsia formosa y Amitus fuscipennis, especies claves en el control biológico natural de la Mosca Blanca, causante de graves daños a cultivos frutales, florales y de hortalizas, como el tomate, producto en el cual se centró la investigación adelantada desde el Centro de Bio-Sistemas de Utadeo, a cargo de la profesora Luz Stella Fuentes y su equipo de trabajo.

Por su parte, el diseño del contenedor y su posterior solicitud de certificación fue orientado por un grupo de estudiantes, profesores y egresados de los programa de Biología Ambiental y Diseño Industrial de la Universidad, bajo el liderazgo de Juan Manuel España y Yurany Pabón, con el apoyo de la Oficina Jurídica y la Dirección de Investigación, Creación y Extensión (DICE) de la Institución.  

De esta forma, el trabajo interdisciplinar tuvo como principal logro la obtención de dos prototipos industriales de bioinsumo completamente biodegradables, denominados Amiflux, para el caso de la Amitus fuscipennis, y Encarfox, para la Encarsia formosa

La medida, que estará vigente hasta junio de 2026, es un paso de gran importancia con miras a la futura comercialización de estos productos, y de esta manera, lograr un impacto real en los pequeños productores y las industrias del agro que buscan generar procesos amigables con el medio ambiente, sostenibles, limpios y orgánicos.

La segunda fase de este proyecto, que ya se encuentra aprobado y financiado a través de la Convocatoria Interna de la DICE, busca mejorar la forma de disposición de las pupas en el empaque, ampliar el tipo de cultivos en el que se puede usar este bioinsumo, así como la combinación con sistemas mecánicos para el control de plagas. De igual manera, se iniciarán estudios de mercado con la asesoría de Connect Bogotá, se evaluarán los costos y escalamiento de la producción y finalmente se buscará la obtención del registro de producción y venta ante el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).

Para los investigadores es claro que este tipo de proyectos movilizan el emprendimiento y la innovación en la Universidad: “Esta es la forma de reconocer un esfuerzo que hubo detrás y que no es fácil de conseguir. Así se concreta un proceso investigativo en un trabajo tangible. Hay muchos productores que están interesados en migrar hacia ese tipo de prácticas sostenibles, a disminuir el uso de componentes químicos dentro de sus cultivos y para nuestra sorpresa el interés no es solo de productores, sino de entidades del Estado, incluso de empresas que ven en estas prácticas unas posibilidades bien interesantes de desarrollar productos agropecuarios con unas ventajas diferentes a los tradicionales”, comenta Juan Manuel España acerca de las experiencias obtenidas en las primeras socializaciones de este producto con el sector productivo, especialmente en la Feria Bioinnovo.  

 

Una puerta que se abre para que existan productores y consumidores más sanos

La Mosca Blanca de los invernaderos, conocida popularmente como “Palomilla(Trialeurodes vaporariorum), cuya medida no supera los dos milímetros en su etapa adulta, es conocida por transmitir diferentes tipos de virus, entre los cuales se encuentra el Virus del amarillamiento de las venas de la papa, generando la erradicación de los cultivos contaminados.  Así mismo, este insecto causa daños directos a las plantas, pues se alimenta de la savia y segrega una especie de melaza o miel que al entrar en contacto con el cultivo favorece el desarrollo de un hongo saprófito, un organismo que obtiene su energía de materia orgánica muerta, y que genera la fumagina, que envuelve toda la superficie de las hojas y le impide llevar a cabo el proceso fotosintético, ocasionando que la planta no produzca frutos debido a la carencia de nutrientes. Colombia ha sido uno de los países afectados por este insecto, a tal punto que en el año 2014, el ICA emitió una alerta en la que declaró a esta mosca como un problema de sanidad en los cultivos del país.

Frente a esta problemática, en los últimos años la profesora Luz Stella Fuentes ha estudiado diferentes especies benéficas con el fin de hallar un controlador biológico natural para erradicar esta especie en los cultivos de tomate, debido a que la mosca se ha vuelto resistente a algunos ingredientes activos de los plaguicidas químicos que utilizan los agricultores, al tiempo que estos quedan como residuos en los frutos que se consumen diariamente. 

Los investigadores tadeístas encontraron que dos especies de avispas, Encarsia formosa y Amitus fuscipennis (especie nativa de nuestro país), son las más adecuadas para mitigar el impacto de esta mosca, puesto que que no alteran el funcionamiento del agro-ecosistema, y una vez exterminada la plaga, los controladores dejan de reproducirse y mueren. 

Los parasitoides, especies cuyas larvas se alimentan y desarrollan en el interior del cuerpo de otro insecto, actúan sobre los primeros estados de desarrollo de la Mosca Blanca, generando un buen porcentaje de control sobre la plaga. Sin embargo, es importante realizar menos aplicaciones químicas e integrar otras alternativas de manejo sostenible para aumentar la eficiencia en el manejo de las enfermedades de las plantas de tomate, de cara a procesos industriales. 

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