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Investigación desarrollada por Utadeo y Anáas propone triplicar el impuesto al tabaco
Jueves, Noviembre 22, 2018
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El estudio desarrollado por los investigadores Norman Maldonado y Blanca Llorente propone que, en el marco de la Reforma Tributaria, el gravamen a este producto pase de 2.100 a 6.000 pesos, lo cual no solo aumentaría el recaudo tributario sino lo más importante: salvaría cientos de miles de vidas.
Por: Emanuel Enciso - Fotografías: Pixabay y Alejandra Zapata - Oficina de Comunicación

El impuesto al tabaco es el medio más eficaz para reducir su consumo, especialmente en jóvenes y poblaciones pobres. Así lo demuestra el reporte del Banco Mundial sobre el papel de los impuestos en el desarrollo de la industria tabacalera. El estudio concluye que, a nivel mundial, triplicar el impuesto específico al cigarrillo duplica su precio y reduce el consumo de tabaco en un 40%. 

Actualmente, en los primeros lugares de mortalidad en el mundo se encuentran las enfermedades no transmisibles, y varias de estas se encuentran asociadas al consumo de cigarrillo, entre ellas infarto agudo del miocardio, accidentes cerebrovasculares, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (bronquitis y enfisema) y cáncer de pulmón, entre otras, cuyos costos de tratamiento al Sistema de Salud colombiano representan aproximadamente 4,8 billones de pesos (Le puede interesar:"Colombia debe trabajar más en el impuesto al tabaco": Prahbat Jha).

Ante ello, el profesor Norman Maldonado, del Departamento de Economía, Comercio Internacional y Política Social de Utadeo, desde el 2015, y en asocio con la investigadora Blanca Llorente, de la Fundación Anaás, y otros actores gubernamentales y civiles, trabajan en una propuesta que no solo permitiría aumentar el recaudo del impuesto al cigarrillo a valores entre 1,3 y 1,8 billones de pesos, contribuyendo a reducir el déficit del Sistema de Salud colombiano, calculado en cerca de tres billones de pesos, sino lo más importante, ayudaría a reducir la proporción de colombianos que consumen cigarrillo a niveles de 8%, y por ende, se reducirían los colombianos que padecen enfermedades causadas por el consumo de tabaco, el número de atenciones en salud que reciben por esas enfermedades, y lo más importante, se evitaría su muerte temprana por problemas relacionados al tabaquismo.

Esto sería posible si se decide acoger, en la coyuntura de la Reforma Tributaria que se discute en el Congreso, la propuesta de triplicar el gravamen específico al cigarrillo, al pasar de 2.100 a 6.000 pesos por cajetilla de veinte unidades a partir del próximo año, y actualizarlo cada año de acuerdo a la variación anual del Índice de Precio al Consumidor (IPC) más cuatro puntos: “Colombia es un caso exitoso de la reducción del consumo usando los impuestos – señala Maldonado - Cuando se subió de 700 a 2.100 pesos el impuesto, en la pasada Reforma Tributaria, el número de fumadores se redujo en cerca de 15%.

La propuesta que los investigadores plantean para este año sigue las recomendaciones emitidas por el Banco Mundial en materia de impuestos y ya fue sometida a discusión por los actores involucrados, entre ellos el Ministerio de Salud, el Departamento Nacional de Planeación y la banca multilateral: “la experiencia ha demostrado que las campañas pedagógicas son muy costosas si se les da un alcance poblacional, mientras que estudios científicos, entre los que se destacan los del National Cancer Research Institute, el American Cancer Society y el reporte del Cirujano General de los Estados Unidos, indican que los impuestos son la medida más costo efectiva”, argumenta el tadeísta.

Maldonado también sugiere que el aumento del impuesto debe ir acompañado de otras políticas públicas para maximizar su impacto, como por ejemplo advertir de los peligros del tabaco, con miras a lograr el etiquetado plano o genérico, es decir, un empaquetado que no use distintivos de marca y con advertencias sanitarias que ocupen la mayor parte de la cajetilla. En la actualidad, en Colombia el etiquetado no es plano y las advertencias solo ocupan el 30% de la parte inferior de la cajetilla, lo que ha limitado su impacto en reducir el consumo de tabaco en los colombianos.

Con la propuesta, dice, los más beneficiados serían la población de bajos recursos, quienes son los mayores consumidores, así como los adolescentes y jóvenes entre los 15 y 18 años, considerados fumadores leves. La reducción de muertes y de enfermedades asociadas al consumo de tabaco en estos grupos poblacionales contribuye también a aumentar la equidad y a cumplir las metas del país en Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente en lo que se refiere a mortalidad evitable.

 

Norman Maldonado, investigador del Departamento de Economía, Comercio Internacional y Política Social

Derrumbando mitos

Sin embargo, afirma Maldonado, uno de los principales obstáculos en la lucha contra el tabaco han sido, precisamente, las tabacaleras, emporios económicos que no solo tienen una importante maquinaria política para generar lobby, sino que además tienen las posibilidades de contratar investigadores y centros de pensamiento que publican material pseudocientífico en contra de subir los impuestos. Esta evidencia falsa se transmite a los tomadores de decisiones y a los ciudadanos en general, generando desinformación sobre los beneficios del impuesto en la ciudadanía.

En todo caso, Maldonado ha dedicado los últimos años como investigador a desmitificar algunos de estos señalamientos. El primero de ellos es el cuestionamiento al impacto del impuesto en la reducción del consumo de tabaco. En esta área, en la Revista de la Organización Panamericana de la Salud, el tadeísta publicó un estudio sobre la elasticidad en el impuesto al tabaco, que muestra que en Colombia el consumo de cigarrillos si reacciona de manera importante a cambios como el precio, y por ende, en el impuesto.

Un segundo mito es el supuesto aumento descontrolado del contrabando en un escenario de alza del impuesto. En el año 2016, cuando el impuesto subió, los investigadores realizaron un estudio para determinar el aumento de los fumadores de cigarrillo de contrabando. Antes del aumento, el porcentaje era del 3,5%. Tras aplicar la medida tributaria, el contrabando pasó a 4,3%, muy por debajo de los estudios patrocinados por las tabacaleras que aseguraban un contrabando cercano al 18%.

El especialista advierte que el aumento del contrabando se debe a otros factores distintos al precio y al impuesto, y que por ejemplo, parte de los dineros recaudados con esta alza podrían ayudar a desarrollar el sistema de rastreo y localización que contribuya a la administración de los recaudos del impuesto por parte de la DIAN, al tiempo que otros recursos podrían destinarse al fortalecimiento del sistema de salud en las regiones: “La subida del impuesto, en una magnitud importante, es una decisión que debemos tomar como sociedad, y que se debe incluir en la reforma tributaria a partir de la iniciativa y el trabajo conjunto entre la ciudadanía, el Estado y la academia”, es el llamado que hace Maldonado, quien precisamente ha publicado estos resultados de investigación en algunas de las revistas científicas con mayor reconocimiento en el mundo, como por ejemplo Tobacco Control, y cuyas estimaciones y análisis se han desarrollado en conjunto con personas técnicas de alto nivel en entidades como el Banco Mundial, Cancer Research UK y American Cancer Society.