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Radios comunitarias en Colombia: las voces que no silenció la violencia
Viernes, Agosto 4, 2017
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Los profesores tadeístas Augusto Ventín y Egoitz Gago interactuaron con comunidades rurales para conocer la importancia de los medios comunitarios en la construcción de la paz. Encontraron que en la resiliencia, los micrófonos se mantienen encendidos.
Por: Ma. Alejandra Navarrete - Fotografías: Augusto Ventín y Laura Vega

En el silencio del campo, el mismo que ha sido interrumpido por el saludo matutino de los animales así como por los sonidos de la guerra, se escuchan voces a través de un transistor. 

Son las voces de campesinos y miembros de comunidades étnicas colombianas, una población que ha vivido de cara la violencia; muchas veces silenciados y amenazados, pero siempre resilientes.

Es así como en Chocó, Cauca, Valle del Cauca y Tolima, las radios comunitarias se han configurado como un espacio para promover el derecho a la paz y mantener su identidad.

Augusto Ventín, director del Departamento de Comunicación Social y Cinematografía, y Egoitz Gago, profesor del Departamento de Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales de Utadeo, se dieron en la tarea de investigar el papel de las radios comunitarias en estos departamentos, de la mano con la Universidad del Tolima y la Corporación Universitaria Unicomfacauca.

Entrevistas y encuentros con líderes de organizaciones de la sociedad civil, religiosos, comunitarios, miembros de asociaciones de víctimas y representantes de las radios fueron el insumo principal para comprender las dinámicas y el contexto.

Un ejercicio de observación in situ y de exploración documental fueron también necesarios para, finalmente, reconocer un panorama esperanzador, pero de grandes retos en materia económica, social y tecnológica para el desarrollo de las radios comunitarias.

Augusto Ventín comparte esta experiencia.

 

¿Qué motivó la investigación?

Augusto Ventín: La radio comunitaria aparece en un escenario de conflicto armado como una posibilidad de promover el derecho a la paz, a la vida y a la libertad de expresión, al convertirse en un espacio de concertación y participación democrática que puede articular iniciativas locales contribuyendo a la cohesión social y, en consecuencia, a la defensa y promoción de la sociedad civil que se prepara para una situación de posconflicto.

En las zonas rurales de los departamentos objeto de esta investigación, la defensa del ejercicio de los derechos humanos conlleva consecuencias graves para la vida y la integridad de las personas. Las radios comunitarias son cooptadas por caciques o grupos al margen de la ley que limitan forzosamente la libertad de expresión, afectando a los pobladores rurales y especialmente a los colectivos más vulnerables.

Colombia es un país que, fuera de las ciudades capitales, se encuentra en un silencio informativo muy grave: hay 188 municipios en silencio y 85 con escasa información local. Es evidente la ausencia o escasez de medios informativos. En Chocó el 57% de los municipios viven en silencio informativo; en Cauca, 40%; en El Tolima, 25% y en el Valle, 15%. 

 

Río Blanco, Tolima

 

¿Cuáles fueron los hallazgos?

A. V.: En este proceso encontramos que las radios comunitarias muchas veces son el único medio de comunicación que existe en los municipios y, de no serlo, conviven con las emisoras del ejército o la policía.

Las radios comunitarias tienen muchos problemas de sostenibilidad, tanto económica como productivamente. Como emisoras tienen que hacer frente a costosos de mantenimientos de la infraestructura tecnológica y dar cuenta de los impuestos y derechos de autor; no pueden costear el pago de nóminas de periodistas y realizadores.

En cuanto a la producción, al no tener recursos suficientes, se genera gran fluctuación en la generación de contenidos, esto hace que muchos programas tengan una durabilidad muy corta. No obstante, ese problema se termina convirtiendo en una gran oportunidad, pues se logra articular a los colectivos y a los diferentes agentes del municipio en la construcción de contenidos.

Esto, precisamente, es lo que da valor a las radios comunitarias, pues son muestra de las formas y los modos en que se estructuran social, política, educativa y culturalmente los municipios de Colombia. Y ahí resalta la función social de estos medios: generar diálogos, encuentros de los agentes sociales para identificar e interpretar su razón de ser, con el fin de dotar de identidad a la comunidad.

Aquí vimos cómo los municipios perciben la paz desde sus sistemas productivos y los problemas en las relaciones laborales. Cómo la entienden desde la educación como una forma de desarrollo autónomo; desde la cultura y su idea de desarrollo no siempre vinculado al poder adquisitivo o capacidad de consumo.

Las radios comunitarias funcionan como elementos de cohesión de la comunidad a partir de la identificación de los acontecimientos que les afectan ética, estética y vitalmente.

 

Nuquí, Chocó

 

¿Cuál es el papel de las radios comunitarias en la promoción del derecho a la paz?

A. V.: La radio comunitaria en Colombia sigue guardando una ventaja sustancial sobre otros medios de comunicación, teniendo en cuenta que permite llegar a una gran población cuyas condiciones de acceso a la información continúan siendo marginales. El total de radios comunitarias en los 4 departamentos objeto de esta investigación es de 50.

Por otra parte, el MinTic señala que en el contexto de violencia regional y violación de los derechos humanos, es particularmente importante ofrecer y reforzar los accesos a la expresión directa local, así como fortalecer y proteger las plataformas públicas de información y comunicación de carácter plural, con miras a hacer efectivo el impacto de las nuevas tecnologías en la construcción de la paz.

 

¿Cuál es el panorama actual de las radios comunitarias en Colombia y cómo se podrían potenciar?

A. V.: Esperanzador, pero difícil. Esperanzador porque se van a generar relatos ausentes que, durante muchas décadas, sólo ha dado cuenta de un tipo de país y un tipo de medio de comunicación. Con la paz se tiene la posibilidad de romper esas hegemonías identitarias y mediáticas. Difícil porque todo cambio es traumático y requiere una nueva concepción de un sistema en el que comienzan a jugar nuevos agentes.

 

En lo personal, ¿qué destaca de esta experiencia?

A. V.: No existe investigación que no transforme, que no genere un crecimiento personal y profesional. Con este proyecto comencé a entender más el país y la forma en que se cuenta. ReafirmÉ mi convicción de que Colombia necesita más medios de comunicación con los cuales garantizar la diversidad cultural y el desarrollo democrático del país. Los medios contribuyen a reducir la complejidad del sistema.

 

***

El producto de esta investigación fue la edición de un cuadernillo para las comunidades con recomendaciones en producción de programas radiales, así como el desarrollo de tres talleres con directores y realizadores de medios comunitarios.

Actualmente, los investigadores buscan extender este proyecto al análisis de las radios comunitarias como medios alternativos en las ciudades capitales de Europa y Latinoamérica.

Río Blanco, Tolima