¿Cómo hacen las empresas que tienen teletrabajadores para cuidar la salud y seguridad de estos empleados, en unas condiciones que no pueden controlar? A propósito de la meta que se ha trazado el Gobierno Nacional de implementar cerca de 120.000 empleos bajo esta modalidad para el año 2018, la investigadora de la Especialización en Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Ivonne Valero, junto con un grupo de profesores de tiempo completo y estudiantes de este programa de posgrado, realizaron un estudio en el que se aborda como cuatro empresas públicas y privadas en Bogotá implementan el Sistema de Gestión en teletrabajadores, a partir de sus prácticas de promoción de la salud y prevención de accidentes, así como los canales de comunicación utilizados para dar a conocer las políticas del sistema.
En la investigación, que se desarrolló entre los años 2014 y 2015 y que fue financiada por Utadeo y ARL Bolívar, también participaron cincuenta teletrabajadores, a quienes se indagó acerca del nivel de conocimiento sobre este sistema en la empresa donde laboran.
Los resultados demostraron que las empresas tienen clara la normatividad vigente, pero no saben cómo aplicarla a los teletrabajadores, razón por la cual apelan a la intuición y a casos de éxito de otras empresas que han implementado esta modalidad de trabajo para ajustar los componentes del Sistema de Gestión tradicional a las personas que trabajan desde casa.
Un claro ejemplo de ello es que las empresas estudiadas aún siguen realizando capacitaciones de manera presencial, no haciendo uso de las herramientas que les brindan las TIC o implementándolas de manera precaria solo desde la transmisión de mensajes informativos en la intranet o página web. En materia de atención de desastres y emergencias, solo se explica qué hacer en caso de estar en el edificio de la empresa, más no lo que se puede hacer desde el lugar de teletrabajo.
Fruto de los hallazgos encontrados por Valero y en conjunto con el estudiante de Diseño Industrial de Utadeo, Ricardo Arturo Hoyos, se desarrolló un ambiente ideal de teletrabajo, no solo que garantizara condiciones seguras y saludables en el hogar, sino además que permitiera traer la empresa a la casa, a través de una serie de elementos que generaran pertenencia en el empleado.
Finalmente, los investigadores recomendaron a los empleadores diseñar estrategias orientadas hacia el bienestar del teletrabajador, especialmente en cómo hacer que esta persona se involucre en las actividades propias que realizaría un trabajador al interior de la organización. Eventos recreativos, sociales, e incluso laborales, donde el teletrabajador participe con sus demás compañeros e incida en la toma de decisiones puede ser una buena alternativa: “En la medida que el teletrabajador siente que pertenece a la organización se va a sentir mucho más motivado para trabajar”, argumenta Valero.
Ivonne Valero, profesora e investigadora de la Especialización en Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo de Utadeo
¿El teletrabajo es realmente una panacea?
El teletrabajo no es una modalidad reciente en nuestro país. Sin embargo, es hasta el 2012 cuando se le designa con este nombre, a partir de una política de gobierno denominada el “Pacto por el teletrabajo”, en la cual cientos de empresas públicas y privadas han participado.
Aunque estudios científicos han demostrado que el teletrabajo ofrece una serie de ventajas en términos de productividad, economía para el empleado y la empresa, mejoramiento en la calidad de vida, pues permite que los trabajadores pasen más tiempo con su familia, al igual que contribuye en la reducción de contaminación al medio ambiente al disminuir los desplazamientos en vehículo, lo cierto es que un mal manejo de esta modalidad de trabajo puede traer consigo verdaderos dolores de cabeza.
Al respecto, Valero comenta que “en la investigación identificamos que el recurso humano estaba muy contento por las ventajas que este sistema les ofrecía, pero con el tiempo el teletrabajador comienza a experimentar problemas de salud asociados al trabajo, principalmente psicosociales, debido a que ya no habla con otras personas y permanece la mayor parte del tiempo solo, lo cual también se traduce en depresión y en falta de sentido de pertenencia hacia la Institución, problemas en el manejo de los horarios, especialmente en madres, pues invierten sus horas laborales, trabajando en la noche y la madrugada, mientras sus hijos duermen, ocasionando también fatiga”.
Adicionalmente, el teletrabajador admite conocer información sobre el Sistema de Gestión de su empresa, pero cuando sufre un accidente de trabajo, como una caída, no lo notifica porque piensa que al estar en casa no se considera un accidente laboral.
VÍDEO: La investigadora Ivonne Valero comenta acerca de los principales hallazgos de su investigación sobre teletrabajo en empresas ubicadas en Bogotá.
¿Cómo definir el área de trabajo de un teletrabajador? He ahí el dilema
Para la investigadora tadeísta, más que una preocupación para el teletrabajador, la incertidumbre recae sobre las empresas, especialmente en cómo actuar en caso de un accidente o enfermedad en el teletrabajo, así como a la legislación colombiana, en lo concerniente a la definición del área de trabajo.
Y es que aunque se ha tratado de delimitar el espacio donde se realizan las labores en el hogar, como por ejemplo la sala o el estudio, no es muy claro saber qué pasaría en un hipotético caso en el que el empleado sufre un accidente en las escaleras de su casa, mientras se dirige al baño o a preparar sus alimentos: “No debería limitarse a un espacio determinado el lugar de trabajo, porque toda la casa puede ser ese espacio”, destaca Valero.
“Para nuestra legislación el accidente de trabajo debe ocurrir en el lugar de trabajo, realizando sus actividades laborales o porque el jefe lo envió a realizar una labor y allí se presentó el accidente. En el caso de enfermedad debe existir una relación de causalidad, en la medida que en mi puesto de trabajo estoy expuesta a unos riesgos y estos desarrollan una enfermedad determinada. Cuando yo ya no estoy trabajando en las cuatro paredes de la empresa empiezo a tener problemas porque qué es lo que se considera el espacio de trabajo. ¿Toda la casa, el café internet al que voy o la cafetería donde me siento en mi computador a trabajar?”, se cuestiona la investigadora, quien afirma que se debe cambiar la política pública y modificar las disposiciones que reglamentan actualmente los accidentes y enfermedades laborales, de tal forma que se flexibilice el reporte de accidentes laborales, el cual actualmente tiene como requisitos la firma del empleador, el empleado y un testigo del hecho.