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Esta fue una de las reflexiones más significativas en el marco del conversatorio sobre los libros “Experiencias de paz” y “Laboratorios de paz”.
Este contenido es para fines históricos y no se le realizan actualizaciones
Esta fue una de las reflexiones más significativas en el marco del conversatorio sobre los libros “Experiencias de paz” y “Laboratorios de paz”.
A propósito del lanzamiento del libro Historia de una pasión, la telenovela colombiana según nueve libretistas nacionales. Marta Bossio de Martínez, Mauricio Navas Talero, Pepe Sánchez, Juan Manuel Cáceres, Nubia Barreto, Gustavo Bolívar, Dago García, Fernando Gaitán, Mauricio Miranda; se realizó un Café de Letras en el Stand de Utadeo en la Filbo 2016, con la participación de Pepe Sánchez, quien estuvo en compañía del Jefe de Publicaciones de Utadeo, Jaime Melo.
En Utadeo Cartagena se encontraban 15 estudiantes, quienes tuvieron al oportunidad de preguntar al reconocido director y libretista colombiano Pepe Sánchez, respecto al pasado, presente y futuro de la TV colombiana.
Temática del libro según el autor, Henry Ernesto Pérez, "Es la historia de una sufrida mujer, enamorada del romanticismo, de hogar humilde, sin ningún sueño profesional, pero con una gran ilusión: enamorarse de un príncipe azul, con el cual formar el hogar que nunca tuvo. La descripción anterior encierra el concepto clásico del melodrama: “se refiere a la obra que exagera los aspectos sentimentales y patéticos de las situaciones con la intención de conmover a un público” (Castro Díaz, 2012, p. 38). El cual, desde la radionovela El derecho de nacer, del cubano Félix B. Caignet, puso a las amas de casa de ese entonces (años 50 y 60) a llorar y soñar, mientras arreglaban la casa y cuidaban a sus hijos con el rol tradicional de la mujer sumisa de aquel tiempo. Aún recuerdo a mi madre, en el taller de costura que tenía el ruido de las máquinas de coser mezclándose con el programa de radio Resuelvo tu caso. Pero cuando llegó la televisión, después de que las máquinas dejaban de sonar, y después de la cena, nos reuníamos frente a la pantalla del televisor en blanco y negro para ver sin falta Destino: la ciudad (1967), producida por rti. Esta telenovela rompió con la tradición del melodrama de ese entonces al tratar un tema que hoy en día se vive en Colombia: la migración campesina a las ciudades. Fue la primera telenovela escrita por un colombiano, Efraín Arce Aragón. Bernardo Romero Pereiro, que formaba parte del elenco, “logró que Fernando Gómez Agudelo creyera en él como escritor” (Caracol Televisión, 2004, p. 71). Fue en ese momento cuando empezó en mi familia la afición y el rito por las telenovelas colombianas. La abuela (1979) alcanzó máximo fanatismo y angustia en mi madre, que noche a noche se apuraba a preparar la comida para ver la telenovela escrita por Julio Jiménez, el mismo que hizo que miles de colombianos siguieran la trama de Los cuervos (1984), El ángel de piedra (1986), y ¿Por qué mataron a Betty si era tan buena muchacha? (1989). Estas producciones lograron que la televisión, ya en color, se convirtiera en la excusa para reunirnos a ver las historias fantásticas de Julio Jiménez. Pero La mala hierba, de Marta Bossio de Martínez (1982), contó una realidad que parecía fantasiosa pero que era el anuncio del cambio que Colombia tuvo en esa década".