Desarrollo sostenible: ¿Cuál será el futuro de nuestro planeta y la humanidad?
¿Se ha imaginado usted cuál será el estado del planeta para el año 2050? En la actualidad, la agenda de los Estados se ha enfocado en generar acciones que contribuyan a la sostenibilidad del planeta y la mitigación del cambio climático. Sobre este tema versó la conferencia de Leida Rijnhout, directora de Políticas Globales y Sostenibilidad de la Oficina Europea Ambiental, quien el pasado 28 de abril visitó Utadeo, gracias a la alianza interinstitucional entre el Departamento de Ciencias Jurídicas y Programas de Derecho de la Institución, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) y la Red por la Justicia Ambiental de Colombia.
Para la antropóloga holandesa, pese a que la visión de los Estados neoliberales se centra en que el desarrollo social está relacionado con el pilar económico, es necesario entender que la riqueza de las naciones también se constituye en la esfera de lo medioambiental, es decir la biodiversidad y recursos naturales, así como en lo social, como lo es la gente, la educación y los servicios de salud.
En ese sentido, para la conferencista, el desarrollo sostenible solo puede darse en la medida que se respeten los límites de los tres pilares: “El crecimiento económico es el objetivo de todos los países. Sin embargo, el crecimiento anual de la economía trae sus problemas cuando se sale de los límites, convirtiéndose en un monstruo difícil de controlar y mantener”, comenta Rijnhout. En ese orden de ideas, este crecimiento comienza a ser no productivo, en cierto punto, dado que las ganancias económicas no son proporcionales a los costos sociales y ecológicos.
Como forma de dar respuesta a este desbalance, Rijnhout propone que los países industrializados deben reducir el monto de los recursos ecológicos: “En estos momentos nos estamos comiendo la tierra pero no hacemos caso de eso”, al tiempo que dichos recursos son explotados por grandes compañías multinacionales.
Ante ello, la conferencista enfatiza que los países desarrollados tienen una deuda ecológica con aquellos que son considerados tercermundistas, razón por la cual es necesario pensar en una cooperación inversa, dado que las inversiones en cooperación internacional es cien veces menor a los recursos extraídos a los países en vías de desarrollo.
Rijnhout, teniendo como base las estadísticas del Atlas de Justicia Ambiental, sostiene que actualmente se libran más de dos mil conflictos ambientales en el mundo, y en ese sentido, se hace necesario hacer un cambio de paradigma, en el que se transforme todo el sistema económico, financiero, monetario, y de manera primordial, nuestra mente: “Un país desarrollado no es aquel en el que los pobres tienen carros, sino un país donde los ricos viajan en transporte público”, argumentó la especialista.
Es por ello que, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), propuestos desde la ONU en septiembre del año pasado, es primordial la redistribución de la riqueza, así como la coherencia de las políticas públicas de las naciones: “La democracia necesita sociedades civiles fuertes que negocien con sus gobiernos”, puntualizó la directora.
Finalmente, la conferencista formuló trece propuestas con miras a estilos de vida sostenibles, entre las que se destacan la transformación de la economía hacia la sostenibilidad, no solo desde el consumo sino desde la superación de todos los esquemas que no lo sean; la implementación de marcos legales desde la rendición de cuentas y la responsabilidad jurídica de las empresas con su entorno; el reconocimiento de los limites, donde la producción se establezca en pro de lo que se tiene y no de lo que se quiere; la creación de mecanismos financieros alternativos para financiar el sistema social; el fortalecimiento del capital social, a través de la reducción de las horas laborales, con el fin de una mayor dedicación a actividades educativas y familiares e inversión en beneficios colectivos como la salud y el transporte público.
“Con la sostenibilidad no estamos salvando el planeta, estamos salvando a la humanidad”: Leida Rijnhout
En entrevista con Utadeo, la antropóloga social habló acerca de la importancia de la academia en la formación de ciudadanos con pensamiento sostenible, así como las consecuencias de no pensar en este tipo de estilos de vida.
¿Cómo hacer para que las nuevas tecnologías se conviertan en aliados de la sostenibilidad del planeta?
En Agenda 21 se habla del Principio de precaución. Entonces yo creo que si hay muchas tecnologías que pueden servir a la sociedad civil, pero lo que si necesitamos estar seguros es que esa tecnología no cause un daño a futuro, como por ejemplo los organismos modificados genéticamente, dado que son estériles y su cruce supone un daño al medio ambiente y a la humanidad.
Desde la academia, ¿Cómo empoderar a la ciudadanía para dejar de pensar en el consumismo y sintonizarse con la sostenibilidad?
Es importante que dentro de la universidad se tengan currículos en sostenibilidad. Por ejemplo, en Bélgica estos temas hacen parte de la educación de los niños, a partir del concepto de la Huella Ecológica. Cuando ya tienes ese conocimiento, empiezas a integrarlo con tu propia vida. Por ejemplo, en la carrera de Economía todavía se está enseñando lo tradicional o neoliberal, pero ya existen programas que se enfocan en la economía medioambiental o economía ecológica, donde el estudiante integra el concepto de sostenibilidad sin tener que esperar hasta una formación posgradual.
¿Cuál cree es el panorama que le esperaría a la humanidad si no toma medidas frente a ser sostenible?
Vamos a llegar a una crisis total y no va a ser solamente financiera. Puedes construir bancos e imprimir dinero pero no puedes reconstruir el planeta. Una vez que lo has destruido ya no se puede hacer nada. El planeta puede sobrevivir, pero la gente realmente va a tener problemas, somos nosotros los que estamos en peligro. La naturaleza puede continuar sin nosotros.
- Así fue el conversatorio con Leida RijnhoutLa directora de Políticas Globales y Sostenibilidad de la Oficina Europea Ambiental planteó su postura acerca de cambiar los paradigmas tradicionales de la economía, donde la riqueza es asumida solo desde la adquisición del dinero, más allá de la preservación de lo ecológico y social.